martes, 30 de mayo de 2017

El Oxilon ¿Quién es?
















Creado por:
Víctor Tapia

El Oxilon: Cuarta Parte

Era un lugar como olvidado en el pasado, las casas, las vestimentas de las personas, las calles sin pavimentar, no sabía qué hacía ahí, y esa mujer nuevamente me encaró.

- ¿Ya me olvidaste?

Miré sus ojos, recordé y la abracé. Pasamos todo el día juntos. Las horas transcurrieron sin darnos cuenta. De pronto miré el cielo. Los últimos rayos del sol se estaban extinguiendo, llegó el crepúsculo y con este una pena y un dolor muy grande en mi corazón.

- Tengo que irme, no puedo quedarme más tiempo.

- Lo sé, sé que tienes que partir, pero no vuelvas a olvidarme.

Ese día desperté contento por el recuerdo de aquel sueño. Nunca pude ver el rostro de esa mujer. En realidad, no sé si fue un sueño, pero ahora sé que tuve un gran amor y fue tan grande que traspasó la barrera del tiempo, en algún lugar y en un tiempo desconocido volveremos a estar juntos.

Esa semana desperté y se puso una palabra en mi mente. “OXILON”. La escribí para que no se me olvidara y la busqué por internet para ver si esa palabra existía.

OXYLON, así escrita con y griega, tiene que ver con cosas industriales. OXILON, así escrita con i latina, tiene que ver con extraterrestres.

Supe también por otro sueño que con nuestro grupo Proyecto Uno teníamos que encontrar el OXILON.

Aquí estamos, otra vez en La Cruz Roja, no quise terminar este relato hasta que estuviéramos de vuelta nuevamente, que emoción recorrer sus galerías, sus habitaciones, la poza gigante donde nos bañábamos, el bosque. Hicimos una cadena de unión con eslabones sólidos, Katalina, Álvaro, Dany, la otra Dany, Andy, yo el Profe, además de nuevos integrantes que con los años se fueron sumando, y dimos las gracias por estar en aquel lugar y así poder terminar el trabajo inconcluso.


Nos instalamos en nuestra habitación base, y comenzamos a recorrer nuevamente sus galerías, abrimos una puerta que estaba bloqueada y salieron cientos de murciélagos volando lo que provocó susto en algunos miembros de la expedición.

Ya estaba completamente oscuro, todos con linternas, uno atrás del otro recorriendo las instalaciones, buscando el OXILON, de pronto llegamos a una puerta que estaba en el subterráneo, que en los tres años que fuimos nunca la vimos, nos costó abrirla.

Esa puerta se comunicaba con un sendero. Jamás habríamos imaginado semejante cosa, a medida que avanzábamos, la oscuridad que había se transformaba en luz de día, y en mitad del sendero aparecía una especia de túnel donde se cruzaba la vegetación y árboles de lado a lado, fueron unos quinientos metros aproximadamente, después el túnel desaparecía para dejar en ambos lados una magnifica vegetación, además de todo tipo de frutas, rojas o verdes o amarillas, también me llamó mucho la atención el sabor de la fruta, dulce, que parecía que por su color y su sabor hubiera sido creada por un gran arquitecto, un hombre sabio que conocería todos los secretos del universo.

Nos detuvimos un rato largo para disfrutar de esas frutas, seguimos avanzando y el camino se tornaba árido solo tierra arena y piedras. El calor había aumentado significativamente, dos horas de caminata sobre un terreno agresivo para el ser humano, y de pronto cuando el sudor brotaba por todos los poros del cuerpo y la deshidratación hacía sentir sus primeros síntomas llegamos a una especie de cantera.

 El OXILON vive aquí dijeron todos al mismo tiempo con el pensamiento, pero solo encontramos piedras y aridez, había frustración y desesperanza. En ese momento recordé los primeros eventos esotéricos que experimentamos, los días jueves de cada semana para estudiar como un centro espírita, para aprender y hacernos más instruidos, de las primeras personas que nos pidieron ayuda, temerosas de lo que pudiera ocurrir.
-Una voz me sacó de mis pensamientos.

-Profe; hemos buscado por una hora en esta cantera y no encontramos al OXILON, estamos cansados.

Como fallarle a quienes han confiado en mí. Lo vi en sus rostros agotados. Entonces recordé mis sueños, la magia no está en una varita, sino en la alquimia que cada uno al ser mejores personas produce un cambio en lo más profundo de su conciencia.

Un instante, unos segundos, un parpadeo, y lo comprendí todo. La sabiduría la da el tiempo y el trabajo que uno invierte en ese tiempo.

- Vengan les dije, miren al frente.

Había una roca de grandes proporciones completamente pulida.

- Hemos pasado dos veces por este lugar- dijeron todos.

- Si, han pasado, pero con los ojos cerrados, ahora miren - El reflejo de nosotros mismos.
- ¿No lo comprenden todavía?

Miren, ahora vean, porque allí, en esa roca pulida está el OXILON, somos nosotros, son todas las personas fraternas, justas, tolerantes, que buscan la igualdad y la filantropía.

El cansancio ya no se sentía, una alegre sonrisa cubrió el rostro de los muchachos, llegar tan lejos con tanto esfuerzo y el OXILON siempre estuvo en nosotros, pero las grandes cosas se obtienen con trabajo esmero y dedicación, cuanto más cuestan más se valoran, es lo que puedo dejar como enseñanza para todas las personas que son muchas, que han descubierto que el mundo no es lo que ve el común de la gente, que la alquimia sigue siendo el elemento descubridor de nuestro propio universo, la transformación de una piedra bruta en un metal noble, quien descubre los secretos de la vida, podrá disponer plenamente de ella. 


sábado, 20 de mayo de 2017

El Oxilon (Cuarta Parte)












Creado por:

Víctor Tapia

El Oxilon: Tercera Parte                                                                 El Oxilon ¿Quién es?

EN EL PARQUE ALEMÁN


En otro tiempo, en un pueblo perdido entre montañas y valles, vivía en ese lugar gente humilde y trabajadora, Karina era una niña de 16 años que sólo se preocupaba de ayudar a sus padres y al trabajo en el campo. En el pueblo vivía un agricultor de buena situación económica que siempre estuvo enamorado de ella, pero Karina, rechazó una y otra vez sus intenciones amorosas. Una mañana de invierno llegó un destacamento montado del ejército de Chile, entre ellos un joven de unos diez y siete años, Karina se enamoró de ese joven y se embarazó, después de un breve tiempo el destacamento partió y con él, el joven.

El agricultor le propuso a Karina que se casara con él y se haría cargo del niño y de ella. Karina aceptó, pero después de un tiempo el agricultor se dio cuenta que seguía enamorada del joven militar y que nunca lo querría a él.

El agricultor lleno de odio y de rencor maldijo a Karina y al hijo que llevaba en su vientre, la maldición fue poderosa, era de muerte, Karina cayó enferma y cuando se había perdido toda esperanza ingresó al pueblo un extraño que se llamaba Jeremías, un mago blanco, acudió en ayuda de la enferma y logró salvarle la vida.

- Mamá siento un peso tan grande en mi espalda, es como si estuviera cargando con una persona, no tengo energía me cuesta mucho hacer las cosas y mis sueños son cada vez más horribles por lo que trato de no dormir.

Camila, bruja blanca, madre de Nicol, sabía lo que estaba ocurriendo con su querida hija, a pesar de toda su sabiduría y poderes no podía ella sola con el demonio que cargaba Nicol.

Entonces Camila me pidió ayuda, le dije que tenía que consultarlo con el grupo porque era una situación muy seria y no habíamos realizado exorcismos. El grupo que para ese entonces se llamaba Proyecto Uno aceptó el trabajo.

Sentamos a Nicol en una silla, la amarramos para protegerla a ella y a nosotros, comenzamos el ritual, al tiempo de unos minutos Nicol hizo una rotación de la cabeza y al volver a su centro ya no era Nicol era otra persona, rio cínicamente, sus ojos llenos de odio me miraron fijamente, sin darnos cuenta se liberó una mano y me apretó un pectoral, con tanta fuerza que caí de rodillas, todos trataron de quitar su mano, pero no pudieron.

- Quién eres le grité, quién eres.

- ¿Acaso ya no me recuerdas, Jeremías?

Con esa respuesta que dio supe quién era él y quién había sido yo, con ese conocimiento pudimos rescatar a Nicol, hacerla volver a su centro y terminar el ritual.

Logramos detener el avance de ese demonio en la posesión de ese cuerpo, pero no logramos expulsarlo se necesitó de otros rituales para expulsarlo. Nicol desde ese momento no ha sentido ese peso que la aplastaba, ahora es una mujer dedicada a su profesión, a su familia y a su deporte que es el semifondo en el atletismo.

Siempre sé de ella y monitoreo cada cierto tiempo su estado. Esta situación que pasó ya hace un tiempo me confirma que muchas personas son infelices y sufren porque están cargando mochilas que no les corresponde cargar, con la columna desviada con tanto peso, viven un eterno conflicto con ellos mismos y con los demás, por acciones de sus antepasados.

Frecuentábamos también otros lugares como un camping llamado el Parque Alemán, en los faldeos cordilleranos de Pirque, atrás del parque hay un fundo y yo hice un camino que duraba dos horas y media ida y vuelta en medio del bosque, este camino terminaba en un cerro pequeño, también con sus historias y eventos sobrenaturales.

 La primera vez que me interné en el bosque me perdí, la segunda también me perdí, la tercera me di cuenta que tenía que hacer un camino con marcas, pero dije para qué voy a marcar los primeros mil metros si es fácil desde aquí, pues bien, en los mil metros sin marcar me volví a perder, después cada un minuto de marcha lenta tenía una marca desde el inicio hasta el final del camino, tengo las numerosas fotos que nos sacamos en ese lugar, los Orbs (son almas de difuntos o seres de otra dimensión, que de alguna manera tratan de manifestarse y quedan recogidos por la tecnología) son circunferencias medias verdosas, semejantes a las que vi en el hotel San Carlos.

Utilicé el Parque Alemán como centro de entrenamiento, tenía que vencer el miedo, comencé a hacer ese camino solo en la noche, acompañado de mi perrita bóxer la Zaphiro. Una noche venía de vuelta por el camino que tenía marcado y a veinte metros aproximadamente hacia mi derecha había un haz de luz que caía de las nubes hasta el bosque, yo miré de reojo sin ninguna intención de averiguar lo que era, pero la Zaphiro salió corriendo a ese lugar, la llamé, le grité, pero no venía, sabía que si me salía del camino marcado me perdería pero pasaron cinco minutos y la Zaphiro no venía, comencé a caminar hacia el haz de luz, di unos cinco pasos y entre la oscuridad del bosque vi un bulto que venía muy rápido hacia mí, era la Zaphiro. Nunca sabré que pasó en esos cinco minutos con mi mascota y ese haz de luz. Retomé el camino siguiendo las marcas.

Otra noche cuando me faltaban como veinte minutos para llegar al campamento, venía con la Zaphiro y de pronto me tomaron de la espalda. No pude soltarme comencé a sudar frío, jalé fuerte pero no me soltaban, muy angustiado miré para atrás y el miedo se transformó en carcajada, pues una rama de un árbol se había enredado con mi mochila y no me dejaba avanzar.

En el camino que marqué había un lugar en donde se encontraba un ara natural creada por un grupo de grandes eucaliptos, formaban un círculo, siempre que nos sacamos fotos en ese lugar aparecían orbs y presencias extrañas.

Un fin de semana fui a acampar con mi curso que era un cuarto medio, hicimos el camino marcado en la noche, no les mencioné el ara, pero cuando veníamos de vuelta los llevé al lugar sin decirles nada, comenzaron a sacarse fotos y salieron los orbs, les expliqué lo que eran, quedaban como treinta y cinco minutos para llegar al campamento, al reiniciar la marcha comenzaron a hablar de demonios y a burlarse, les dije que no lo hicieran pero continuaron con lo mismo, a los pocos metros de caminata y al llegar a una muralla natural de plantas y maleza se sintió como una máquina gigante que se venía por el otro lado de la muralla, tan potente y fuerte que yo caí de rodillas con el piolet apuntando a la muralla, un alumno se orinó y otros cayeron al suelo con mucho miedo, de pronto el sonido se detuvo y por entre las plantas y la maleza apareció la cabeza de un caballo negro que relinchó con mucha rabia, la cabeza del caballo se retiró de la maleza y se sintió nuevamente el sonido de una máquina que se alejaba, el resto del camino lo hicieron muy juntos y callados.

 Logré mi objetivo: estar solo en la noche en medio del bosque, recorrerlo con todas las manifestaciones que allí ocurren, vencer el temor, estas caminatas me hicieron más fuerte.Los cuidadores del Parque Alemán ya me conocían, un día me hablaron.

Profe ¿sabe cómo le pusieron la gente que vive en el fundo?

No sabía que allá vivía gente.

Sí; los guardias que andan a caballo siempre lo ven, y le pusieron, el Solitario, donde siempre camina solo.

De regreso en la Cruz Roja, recibimos una triste noticia, Mario y Carolina, nos informaron que les salió su casa, pero el nuevo cuidador ya sabía de nosotros y no tendríamos ningún problema para seguir acampando en el lugar. La Cruz Roja desde que llegamos había cambiado ya no era la misma se sentía por primera vez paz, fueron tres largos años de un trabajo invisible e intenso, ya casi todo era diversión y alegría.

Conocimos al nuevo cuidador se llamaba Sergio, era medio hippie; su pareja, una mujer joven no cuidaba su apariencia física, era chocante verla con las piernas sucias, siempre iba a donde estábamos nosotros a pedir licor si es que teníamos, tenían dos hijos y esos niños siempre andaban sucios y a medio vestir.

Sergio comenzó a llevar a sus amigos. Se emborrachaban y armaban líos. una mañana me levanté temprano, salí a caminar por el bosque cercano a la casona, de pronto observé que a muchos árboles les habían sacado la corteza y tenían dibujados símbolos que no conocía, ingresé a la casona, comencé a caminar, entré a una pieza que estaba al final de una galería, sentí mucha tristeza porque me di cuenta que habíamos perdido a la Cruz Roja, pues en las murallas de esa habitación estaba esparcido excremento humano, el olor era insoportable, y al fondo de la habitación un altar, comprobé que se estaban haciendo misas negras.

Fue el último fin de semana que pasamos en la Cruz Roja, de eso han pasado como cuatro años, con el tiempo supimos que despidieron a Sergio.

 Nosotros no fuimos a la Cruz Roja. La Cruz Roja nos llamó, con nosotros se iluminó y le dio paz a aquellos espíritus que fueron niños y solo conocieron el sufrimiento y la soledad.
Cada vez que vamos al Cajón del Maipo pasamos por la Cruz Roja, yo sé que algún día vamos a volver, porque el trabajo quedó inconcluso. Sigo pensando en esto de las coincidencias porque ahora que estoy decididamente escribiendo este relato se ha dado la posibilidad de que volvamos a la Cruz Roja y antes de que lo termine estaremos allí nuevamente.


- ¿Ya no te acuerdas de mí? 

sábado, 6 de mayo de 2017

El Oxilon (Tercera Parte)













Creado por:
Víctor Tapia






El Oxilon: Segunda Parte                                                         El Oxilon: Cuarta Parte
EL PREVENTORIO

Había mucha pena y dolor acumulado en las numerosas habitaciones de estas casonas, sufrimiento del más terrible, el de niños desamparados. En ese tiempo no existía el camino pavimentado que actualmente pasa por la puerta de la Cruz Roja, sino que pasaba el tren pero para llegar había que caminar subiendo cerros y haciéndole el quite a la magnífica flora y fauna del lugar, era muy sacrificado, por lo tanto muchos niños no veían a sus padres durante todo lo que duraba su tratamiento. También descubrimos que cuando un niño era desahuciado, lo enviaban a las casas que estaban al otro lado del puente colgante donde fallecía, pero antes de ser enviado sus compañeros le hacían una despedida ya que sabían que no lo volverían a ver.

Fueron tres años que disfrutamos de la Cruz Roja. Al segundo año comenzaron las “cercanías”. Mientras recorríamos, en la mitad de la noche, una galería del tercer piso escuchamos gemidos y llantos, al volver a la pieza donde teníamos la base, pensamos que seguramente lo que escuchamos fue el piso que crujía, a la mañana siguiente fuimos a la galería para salir de las dudas pasamos por ella, pero el piso no crujió.

Recuerdo que, algunas veces, cuando nos quedábamos en nuestra habitación base, después del guitarreo, cansados de todas las actividades recreativas que realizábamos durante el día, estábamos acostados en los sacos de dormir, y en las habitaciones del segundo piso se escuchaban pasos de niños y que alguien jugaba con una pelota, el grito destemplado de Lissette, que estaba sola en una habitación, la empujaron en el hombro se dio la vuelta y no había nadie. Una noche que estábamos conversando en el bosque cerca del río de pronto Carolina gritó.

- ¡Miren, miren! Un niño, y es tan blanco.


Giramos nuestras cabezas para verlo y ya no había nada. En otra ocasión, invitamos a la Yota y Patricio para el fin de semana, y se fueron a dormir al segundo piso, les dijimos que no fueran solos, pero no hicieron caso y a los cinco minutos bajó la Yota corriendo y gritando como una loca.

Están penando, están penando.

Los Orbs, el ectoplasma en las fotos, era cosa normal, las diferentes formas humanas, pero de gran tamaño nos eran familiares. Nunca salíamos solos de noche, Un fin de semana de invierno en que había nevado mucho y no pudimos entrar los autos, después del guitarreo y el fogón nos fuimos a acostar a la pieza base, yo quedé más o menos cerca de la puerta. La había dejado casi abierta. Daba a una galería, cuando de pronto por fuera de la pieza vi pasar una sombra, debe ser el antiguo cuidador pensé, miré a mis otros compañeros y todos estaban durmiendo, me voy a quedar despierto vigilando, pensé. De pronto sentí algo, miré a un costado de la pieza, y lo que vi fue impresionante: venía un niño arrastrándose hacia mí, sin piernas, la cabeza, los ojos y la boca, los brazos y el tronco bien definidos. Todo ese niño estaba formado por una especie de humo blanco plomizo. No pude contenerme y me puse a gritar, todos despertaron con mis gritos y el niño comenzó a desvanecerse.

Felipe con sus dones al igual que los demás miembros del grupo nos ayudó mucho en varias situaciones, pero él tenía un problema, no sentía temor por nada. Esa noche me contó que entró solo a recorrer una galería y por primera vez sintió miedo, se le cruzó una sombra bloqueándole el camino, dio media vuelta corrió hasta la puerta de la galería, pero antes de llegar se cruzó nuevamente la sombra, entonces desesperado corrió a la mitad de la galería y se tiró por una ventana hacia afuera de la casona.

Felipe es un buen muchacho, pero siempre quería ir un paso adelante de todos. Hablé muchas veces con él, que no experimentara solo que aún era un aprendiz, un iniciado, que había cosas que no comprendería y no sabría manejarlas. Felipe ya no está con nosotros. Fue cambiando. Su inocencia que era su don más grande fue oscureciéndose. Siempre lo recuerdo con mucho cariño, siempre en mis rezos pido por él, a veces sé de él, pero en este tipo de menesteres no hay que saltarse pasos, el maestro dirá cuando un integrante está en condiciones de subir de grado.

Un fin de semana se me quedaron las parrillas para asar carne, llamé a Carolina y le dije que el jueves las iría a buscar. Llegué como a las cinco de la tarde, hablé con Carolina para que me abriera el portón, pero andaba en Santiago con su familia, me pidió que ingresara no más. En el patio a la entrada de la casa estaban las parrillas limpias.

Solo en esa inmensidad. Entré a la casona, recorrí sus galerías, comencé a subir la magnífica escalera, ya comenzaba a oscurecer, las sombras reinaban dentro de la casona; entonces fue que sentí por primera vez al verdadero dueño del lugar, la maldad pura, en todo el tiempo que recorrí las galerías y habitaciones jamás me sentí como en ese momento. Me puse muy nervioso, me observaban y era completamente distinto a lo experimentado en las otras ocasiones, ahora sentía miedo. Comencé a bajar las escaleras sin apurarme para no demostrar temor, las sombras ya eran oscuridad dentro de la casona.

Sin linterna el camino hacia la puerta se hizo eterno, ese silencio nunca lo voy a olvidar, ni una brisa, ni el canto de las aves como era costumbre, ni el sonido del río, solo ese silencio, con mucha angustia llegué a la puerta la dejé abierta di dos pasos ahora lo más rápido que pude y fue entonces que la puerta se cerró de un portazo impresionante, como que alguien muy grande la empujó con mucha rabia, entendí el mensaje.

- ¡No vuelvas más!

Yo tenía experiencia en acciones iniciáticas y de aumento de salario, y de exaltaciones, por lo que llevaba una gran ventaja al resto del grupo, sin pedirlo fui el maestro y ellos los iniciados. También sabía que había que darles protección porque entrábamos de lleno al mundo esotérico, a la magia, a la alquimia y a la utilización de todos los dones que tenían los integrantes de nuestro grupo. También sabíamos que al ir por el camino de la luz, la oscuridad no se quedaría indolente.

Katalina tiene el don de ver personas fallecidas, de pequeña, comenzó con estas apariciones, además de dones de sanación, a sus casi treinta años todavía duerme con la luz encendida.

Lissette tiene el don de sentir energías que se manifiestan de distinta manera. Las primeras experiencias ocurrieron en su casa; estando acostada sentía que la cama se hundía como si alguien se tendiera a su lado. También tiene dones de sanación.
Felipe era el guardián, fabricaba sus sables, forjaba el hierro en un torno y con golpes de mazo les daba forma, los purificábamos y los bendecíamos. Eran la llave para abrir y cerrar portales.

Álvaro era sensible a sentir situaciones esotéricas, también tenía dones de sanación.

Patrick era sensible y aportaba con energía positiva a todas las acciones que emprendíamos.

Carolina hasta el día de hoy trató de encontrar respuestas lógicas a todas las situaciones que vivimos en la Cruz Roja y en otros lugares. Tiene el don de ver, y de sanación.
Andrea tiene sueños premonitorios y dones de sanación.

Yo, el profe, puedo percibir energías que se manifiestan de diferente manera, también, dones de sanación, pero tal vez el don más importante que tengo es que atraigo a gente que tiene dones, conscientes o inconscientes de este menester.

Decidimos estudiar parapsicología. Estudiamos basándonos en el Centro Espírita de España. Conocimos a grandes maestros y sus enseñanzas como por ejemplo Allan Kardec. Nos juntábamos una vez a la semana y nos convertimos en un centro Espirita.

Fueron iniciados con tres viajes misteriosos, probaron el cáliz de la amargura, para que se sintieran protegidos y asimilaran el rigor del compromiso que adquirían, desde ese momento eran miembros del ejército de la luz y su protector, el Arcángel Miguel.

Ya sabíamos por qué la Cruz Roja nos llamó. Esas almas en pena de los muchos niños que allí fallecieron tenían que emprender su viaje, pero no sabían cómo, además el demonio que dominaba aquel lugar no lo permitiría. Entonces, una noche, por instinto todavía, hicimos un ritual, pusimos muchas velas rezamos, invocamos a los arcángeles, santos, y a todas las entidades de la luz, de pronto se formó un remolino que atravesaba todos los pisos y se dirigía al cielo, esas almas de niños que al dejar su cuerpo físico se transforman en espíritus pudieron comenzar su viaje.

La Virtud de la Tolerancia

Creado por: Rodrigo Barrera Pincheira “La tolerancia es una virtud difícil; nuestro primer impulso, y...