“Vivimos en una época peligrosa.
El ser humano ha aprendido a dominar
la naturaleza mucho antes de haber
aprendido a dominarse a sí mismo.”
__________
Albert Schweitzer (1875-1965) Filósofo, médico y escritor alemán.
Creado por:
Ignacio Corvalán
El
humano, como Ser complejo, se ha desarrollado y evolucionado en un contexto
social gracias al dominio de la naturaleza, la forja de herramientas, su reflexión
y espiritualidad.
Desde
un origen primigenio, la magia, el arte rupestre y la elaboración de herramientas
de caza constituían el universo consiente del hombre en el devenir de una
incipiente historicidad. Pero aquel Humano que sobrevivía a las inclemencias de
clima, las bestias y la naturaleza, pronto se organizó en clanes y grupos con
el objeto de brindarse mutuo apoyo y, por supuesto, a interesarse por temas
intelectuales. Siendo consiente, dándose cuenta de un problema y resolverlo con
ánimo ya no tan solo de sobrevivencia, también con ánimo de crecimiento
personal aquellas innumerables problemáticas que se le presentaban.
La sociología, la antropología, la etnología, entre
otras ciencias, concluyen que el ser Humano existe siempre en relación con
otros seres Humanos, lo que equivale a una permanente interacción entre ellos.
Por
tanto, el hombre en palabras del profesor Mario
Verdugo “…no existe, sino que coexiste; no vive, sino que convive” y ésta
dependencia social permite la civilización. De la cual solo nos podemos alejar,
por un impulso antisocial, denominado Ego.
El Hombre, Ser Social
¿Es el hombre un ser social? Problema
que debemos evaluar desde corrientes filosóficas que responden desde dos
perspectivas distintas, una de ellas Mecanicista
y otra Organicista.
Los
primeros, Mecanicistas, también llamados Atomistas,
ven la sociedad como una suma de individuos, un aglomerado de partes que
permanecen distintas entre sí. Observándose claramente a los individuos por un
lado constituyendo una única realidad y sustancia, donde los grupos sociales
que ellos generan son meramente funciónales, cumplen un objetivo
determinado. Y por otro lado observamos claramente una sociedad, pero no como
una realidad, sino como una abstracción, una ficción, que no tiene vida propia.
(Partidarios de esta visión de la sociedad fueron Sócrates, J.J. Rousseau, entre otros.)
Los
segundos, Organicistas, ven a la sociedad como una unidad originaria donde los
individuos mantienen la relación de miembros y, por lo tanto, solo pueden ser
comprendidos partiendo de la naturaleza del todo (todos somos sociedad). La sociedad es anterior al individuo y
conserva un carácter espiritual, es decir, el grupo social tiene un alma
independiente de los individuos. Lo que se ha llamado “conciencia colectiva”. En cada sociedad podremos identificar diferencias
entre unas y otras, distinguiendo una voluntad independiente de otras
sociedades. (Partidarios de esta visión de la sociedad fueron Platón, Aristóteles, Hegel y Spencer, entre otros.)
Difícil
posición tenemos hoy al alero de una sociedad nueva que se colapsa, se destruye
y vuelve a nacer en un devenir tecnológico, que con independencia de contacto
humano nos ha llevado al desarrollo y a la civilización, tomando el Ego
ya no como un vicio que nos aleja de la CONVIVENCIA
sino como un camino aceptado, envidiado y aplaudido por la sociedad exitista. Difuminándose
entonces las corrientes Mecanicistas y Organicistas planteadas previamente.
El Hombre, Ser Intelectual
El intelecto, se puede cuantificar de
muchas formas, una de ellas es mediante las matemáticas y los diversos test,
que persiguen la objetividad de un resultado. Pero el objeto principal de ellos
es mostrar la capacidad que tiene el evaluado para resolver una problemática
determinada.
La
humanidad para estar donde está, sin lugar a dudas ha ido resolviendo problemas
determinados de acuerdo a su capacidad de conciencia de los problemas que la
estancan y no permiten su desarrollo dentro de un también determinado contexto
histórico- social-económico, y han pasado milenios antes de encontrar una
solución o un cambio de paradigmas. Ejemplo de estos cambios revolucionarios son, el
dominio de la naturaleza, el desarrollo de la agricultura, las matemáticas, el
lenguaje y su escrituración, la moneda de cambio, la industrialización, la
automatización, entre otros hitos. Siempre avanzando a la civilización.
Podríamos
decir que la Humanidad es progresista, persistente y resiliente por esencia.
Pero también olvidamos aquellos problemas que no se nos presentan en el
cotidiano.
Hombre, Ser Social e
Intelectual
Si convenimos, por un momento de que
somos seres sociales e intelectuales. Es decir, hacemos vida en comunidad y
resolvemos los conflictos como la comunidad que somos, podríamos concluir que
lo logramos a través de la participación ciudadana y la organización del poder.
Por ende, somos Seres Políticos como dice Aristóteles
“Zoon
Politikon” o animales políticos, ya que el Poder de autodeterminación lo
entregamos a la sociedad-Estado para que éste lo organice y jerarquice, de
manera que aquellos problemas que nos afectan a todos sean resueltos de forma
eficaz y eficiente, por las personas a quienes les hemos entregado la
administración del Poder. Sin embargo, ¿podemos afirmar hoy, comenzando el siglo
XXI, que somos una Sociedad Intelectual, siguiendo la lógica planteada?
Resulta difícil, ya que al parecer nos
hemos alejado de la sociedad, en tanto problemas comunitarios, y nos
concentramos en los problemas individuales o que afectan a las personas cercanas.
Somos individuos egoístas, o poco sociales. Alejados del servicio público,
preocupados del servicio propio.
A su vez, nos hemos alejado de la
Intelectualidad, ya no valoramos, en términos generales, la producción de
filosofía, arte y música, literatura (en un sentido amplio) y Cultura en
general. Hemos negado el ocio nos hemos NEGOCIADO,
y desvirtuado a un punto en el cual la valoración de la OBRA Humana, poco
importa, ya que mercantilmente o económicamente, esta subvalorada. Así vamos
perdiendo esta intelectualidad. La que nos permite reflexionar, cuestionarnos,
reconstruirnos y finalmente Civilizarnos.
Somos
Animales Políticos, es decir, desde nuestra individualidad construimos sociedad
intelectual. Si bien podríamos decir que existen sociedades animales como las hormigas
y las abejas, que tienen una organización jerárquica, trabajo, y vida en
comunidad al igual que los Seres Humanos, nos diferenciamos de ellas por
nuestra capacidad de reflexión y por nuestra conciencia, es decir, la capacidad
de darnos cuenta de aquello que interpretamos “bueno” o “malo”.
A
todo esto debemos sumarle, el elemento más importante, el hombre crea cultura, modifica
la naturaleza y la hace propia a través de objetos, por ejemplo
construcciones arquitectónicas, herramientas de construcción, vasijas, ropajes,
entre otros objetos que nos dan identidad cultural. Un tercer elemento que nos
diferencia de los animales es la comunicación mediante un lenguaje que nos
permite expresar mediante signos aquello que tenemos en nuestro interior.
Construyamos
sociedad con la conciencia de que nuestro trabajo y nuestras acciones
repercuten en la comunidad, por ende todo lo que hagamos o dejemos de hacer,
nos afecta directamente, ya que no vivimos aislados. El hombre no es una isla,
y la forma más inteligente de seguir sobreviviendo como Humanidad, es con el
Amor como justo medio de nuestros actos, propiciando una actitud mental
colaborativa.
Bibliografía
Manual de Derecho Político. Instituciones Políticas Tomo
I. Mario Verdugo Marinkovic y Ana Maria Garcia Barzelatto. Editorial Jurídica
de Chile.
Felicitaciones Ignacio. Un gran aporte. Sigue la senda de los que le dan sentido a su vida y dan pautas de como progresar.
ResponderBorrarFelicitaciones Ignacio. Un gran aporte. Sigue la senda de los que le dan sentido a su vida y dan pautas de como progresar.
ResponderBorrarEstimado Ignacio, gracias por recordarnos nuestra potencial chispeza intelectual, al respecto en relación con vuestro parrafo "...nos hemos alejado de la intelectualidad, nos hemos negociado y desvirtuado.."; creo que al presente status quo ha contribuido enormemente el potente enfoque teológico y filosofías afines que han dominado con relativamente poco contrapeso, el devenir intelectual-social de occidente desde hace mas o menos 1700 años.
ResponderBorrar