sábado, 4 de noviembre de 2017

¿Sueñan los Androides con Ovejas eléctricas?




Por: Roberto Quintana Fuentes

Para los aficionados a la ciencia ficción esta pregunta les resultara familiar, es el título de un clásico libro de Philip S. Dick, llevado al cine con el nombre de Blade Runner (1982)  una película, distópica y sombría, quizá junto a 2001 Odisea del espacio (1968)  y La Matrix (1999), las mejores jamás filmadas en ese género, ambas tienen en común, describir un futuro donde las maquinas pensantes disputan al ser humano, el derecho a tomar decisiones cruciales y el derecho a existir sin supervisión. Todas tratan de la inteligencia artificial (I.A.) y del dilema ético que existe en ese campo de la ciencia.

La IA es una disciplina de la informática que persigue dotar a las máquinas de habilidades cognitivas y racionales propias de los humanos. Como concepto es muy antiguo, Alan Turing ya lo planteaba en la década del 50, como capacidad concreta, viene desarrollándose desde entonces y obteniendo logros significativos. 

En el Foro Económico Mundial de Davos de este año, en su reporte de riesgo,  se advirtió que la gobernanza de las tecnologías emergentes como la IA es muy irregular, que por su naturaleza no encajan en ninguno de los cuerpos legislativos existentes, futurólogos y filósofos han llevado esa preocupación al extremo de comparar la irrupción de máquinas pensantes con un cataclismo que amenaza la existencia de la especie humana o algo menos alarmistas, proyectando las perdida de millones de empleos cuando las maquinas reemplacen a los seres humanos en tareas para las cuales las maquinas son mejores.
Y si hay evidencias para creer esto último. Obviamente existen tareas repetitivas, mecanizables, que exigen alta consistencia, donde una maquina lo hace mejor, pero eso es lo que se clasifica como IA débil, maquinas entrenadas para una tarea en particular, sin capacidades de desarrollar nuevas habilidades. Esa IA débil, es una realidad y los ejemplos abundan, pensemos en la robótica aplicada a las líneas de montaje de automóvil, en los asistentes virtuales en los sitios web o en las respuestas interactivas de voz que con preguntas sencillas y reconocimiento de patrones nos dan soporte técnico para un problema específico. El año 2011 se lanzó el software IBM Dr. Watson que entiende el lenguaje natural (nuestro relato hablado) analiza datos de historial médico y de resultado de exámenes, para  entregar diagnósticos bastante certeros, este mismo software se aplica en las finanzas para tomar decisiones de inversión y no olvidemos el primer gran hito que se hizo público, la derrota de Gary Kaspárov en el ajedrez jugando contra la computadora Deep Blue en 1997, esa vez aplicando las reglas de tiempo estándar del juego, el año pasado Google desarrollo un vehículo autónomo que ya recorrió 1,6 millones de kilómetros sin conductor.

La tecnología IA es costosa, desarrollarla y llevarla fuera del laboratorio demanda enormes recursos, pero la industria apuesta por ella, el 60% de las grandes empresas creen que el crecimiento futuro de su negocio depende de incorporar con éxito esta tecnología a sus negocios, pero también reconocen sus riesgos inherentes, la seguridad de los datos, la seguridad del empleo y las tasas de pago.

Llegado este punto vale la pena recordar que al final, lo que hay todavía en una computadora es simplemente la capacidad de sumar y restar a altísima velocidad, también almacenar cantidades astronómicas de datos que, mediante reglas deterministas construidas con operaciones aritméticas básicas, transforman esos datos en información útil, luego la IA débil nos anuncia un ejército de especialistas asumiendo tareas simples pero tediosas. ¿Eso es inteligencia?


La IA fuerte, o inteligencia general artificial son los sistemas automáticos con habilidades cognitivas humanas, que son capaces de enfrentar una tarea desconocida y solucionarla, pero principalmente con capacidad de autoconocimiento, con conciencia de si mismos y capaces de comprender su estado actual y usar esa información para inferir el efecto en el entorno. Esas máquinas aun no existen.


La ciencia lleva mucho tiempo tratando de definir que es la inteligencia humana y como funciona, aun no hay consenso, luego, ¿Cómo podemos emular en forma artificial algo que no sabemos describir con exactitud ni explicar cómo funciona? Cuando hablamos de inteligencia humana nos referimos a la capacidad de elaborar la percepción para generar el concepto, luego comparar conceptos y generar conceptos nuevos a partir de los previos. 

Para concluir si existe o no inteligencia se apela al comportamiento, esto es lo que abre la puerta a la tecnología, si “algo” se comporta como un humano inteligente, entonces ese “algo” puede ser declarado “inteligente”. El problema es que la lista de comportamientos inteligentes compilada por las ciencias sociales es muy extensa (más de 300), ¿si los podemos emular todos tendremos IA Fuerte?, por ahora consideremos que existen tres grandes categorías de comportamiento inteligente:

  • Capacidad para resolver problemas de diferente naturaleza, incluyendo los prácticos (establecer relaciones entre diferentes ideas); 
  • Habilidad verbal (saber leer con un alto grado de comprensión); y Competencia social (pensar antes de hablar o actuar; interés cultural y por aprender cosas nuevas). La competencia social implica saber “estar”; 
  • Saber comportarse.

Estamos lejos aún de esa IA amenazante que destruirá nuestra fuente de trabajo y nos arrebate el dominio del mundo, pero los científicos del conocimiento, de la electrónica, de la informática siguen trabajando por construir la maquina indistinguible del humano, con conciencia de si misma y razonamiento creativo, que nos permitirá alcanzar las estrellas gracias a sus superiores capacidades. 

Los seres humanos desde siempre han soñado con arrebatar el fuego a los dioses, quizá como modernos prometeos estamos condenados a intentar crear vida, ahora vida artificial esta vez con líneas de código, múltiples sensores de estado y acceso a miles de millones datos almacenados en diversas fuentes todas inter conectadas. Hacia donde nos llevara ese esfuerzo es algo incierto, con profundas implicaciones éticas; pensemos que, descifrar el genoma humano nos abrió la puerta a derrotar el cáncer y también a la selección genética para crear humanos a pedido; que el estudio de la psique humana nos entregó herramientas para tratar desordenes anímicos que antes terminaban con personas recluidas en clínicas para siempre y también para manipular las emociones, instalando comportamientos compulsivos de consumo. 


El conocimiento científico se construye sin limitantes éticas, es el ser humano que le da un uso práctico quien debe aportar ese elemento regulador y poner esos límites.


domingo, 17 de septiembre de 2017

Don Quijote y su idealismo en el mundo actual

Alejandro Presmita L.
Jorge Díaz C.
Sergio Sepúlveda C.
Victoriano Stuardo C. 
Enrique Palomera C.


 “Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones (…), las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que estén”. -
Miguel de Cervantes, “Don Quijote de la Mancha”.



INTRODUCCIÓN

“Don Quijote de la Mancha”, la inmortal novela de Cervantes es una imagen, la concepción de un idealismo utópico, concebida físicamente en la de un hidalgo señor cincuentón que, embutido en una armadura anacrónica y tan esquelético como su caballo, acompañado de un campesino basto y gordinflón haciendo las veces de escudero montado en un asno, recorre las llanuras de La Mancha, heladas en invierno y candentes en verano, en busca de aventuras.

Su sueño es el de resucitar una historia, que nunca existió. Aquella de siglos anteriores de los caballeros andantes, que recorrían el mundo socorriendo a los débiles, desenredando entuertos, ejerciendo justicia para esos seres comunes que de otra manera jamás la alcanzarían. Todo este accionar, motivado por las novelas de caballerías, a las que les confiere total veracidad.

Este ideal es indudable que no es posible de alcanzar, porque todo en la realidad que vive Don Quijote así lo demuestra. Ya no hay caballeros andantes, ya nadie practica ni respeta las ideas que movían a aquellos, como tampoco aquellos duelos, sujetos a un estricto protocolo, que se realizaban entre un par de caballeros para la medición de sus fuerzas.
Él mismo manifiesta en su “Discurso sobre las Armas y las Letras”, que la guerra no la deciden las espadas y las lanzas, es decir el coraje y la pericia del individuo, sino el tronar de los cañones y la pólvora, una artillería que aniquiló aquellos códigos de honor individual y las proezas que generaron míticos héroes.     

Así, el sueño que convierte a Alonso Quijano en Don Quijote de la Mancha, no consiste en revivir el pasado sino en algo mucho más ambicioso: realizar el mito, transformar la ficción en historia viva. Y es esta la dirección de nuestro trabajo.

DESARROLLO

La Lucha Quijotesca:
Desde que emergió la filosofía como actividad en el mundo de lo humano, uno de los deberes más importante que nos impone a cada uno es el de conocernos a nosotros mismos, con un objetivo claro y muy sincero, buscar esa verdad interna sin ánimo de poseerla por completo, pero con indicios y herramientas que hagan que estos sueños e ideales pasen a ser parte nuestra. Por otro lado, podemos decir que cada persona es un soñador, incluso que todo lo que realizamos sin entender la fuerza que lo impulsa, puede ser llamado locura desde el punto de vista profano. Pero esta locura es tergiversada pues la base que la sustenta, no tiene relación con el estado comúnmente reconocido. Nadie comete una locura consciente y esta conciencia es motivo del porqué es distinta, del porqué tiene una base, que la sustenta. Esta motivación es la perseverancia que vemos en nuestros propios ideales, la cual debe traducirse en una mejora continua interna. Dentro de esta lucha interna por ser mejores, vamos a sufrir innumerables derrotas, pero no es un término de tal situación, sino un paso más para alcanzar nuestros objetivos, por lo cual en este caso podemos, como lo hizo Don Quijote, relacionar los gigantes con sus desafíos y su ímpetu con el esfuerzo y decisión de seguir sus propios ideales.


Las visiones de Don Quijote están ligadas directamente con su lucha por sus ideales, tal cual aquellas ilusiones con los gigantes, que para los demás eran simples molinos de viento. Su energía proviene del espacio, la naturaleza y las condiciones manejables por el entorno. Don Quijote ve gigantes y estos pueden representar los grandes desafíos y/u obstáculos que enfrentar para seguir su camino sin descanso en favor de sus ideales, aunque nacen más preguntas que respuestas con respecto a ello. 

¿A qué tipos de desafíos refiere?, ¿internos o ideales como principios?; ¿o eran en apariencia solo molinos que no tiene sentido cuestionarse? Por otro lado, al luchar contra estos gigantes, El Quijote desencadena en una pelea con objetivos personales, una guerra interna, difusa e inentendible para los demás. Entonces, ¿el Quijote vive en un mundo de apariencias, o esta falta de entendimiento nace de la inconciencia y al prejuicio social? 
La lucha contra los gigantes representa valentía y compromiso, lucha por sus principios, como también los objetivos personales o globales que pueden reflejarse en los deseos de cada persona y/o como grupo. En el libro, la lucha contra esos gigantes no es otra cosa que atacar molinos de vientos, lo mismo estando frente a un bosque donde cree que hay otros gigantes que hacen ruido, anteponiéndose a estos objetivos y lo gigante puede deberse con su locura o hasta quizás con su ego.

Es en este punto necesario sostener que la locura y la cordura, como muchas conductas socialmente normadas y etiquetadas, dependen de prismas que cultural o institucionalmente logran o pretenden imponerse. La reflexión entonces conduce, entre otros derroteros, a preguntarse si el principio de que es posible producir un cambio personal y por consecuencia lenta, pero eficaz y profunda, transformar la sociedad toda, es en lo presente una falta de cordura o una expresión de lucidez esclarecida. 

En efecto, se escucha frecuentemente que aquellos que procuran un cambio social desde las acciones e interacciones en los nodos y redes que les son más cercanos (personal, familiar, laboral y grupal), obedecen a métodos estériles, anquilosados y propios de sujetos comodones. Respecto ello, tal como indica el teórico social francés Michael Foucault, “Hay que ser un héroe para enfrentarse a la moralidad de la época”. Como Don Quijote y Sancho, como debe aspirar a ser aquel que cumpla los dictados de su conciencia ilustrada, aquella que le permite distinguir entre gigantes y molinos de viento donde quiera que ellos batan sus brazos o aspas, según corresponda, sosteniendo ideales en tiempos en que un pragmatismo carente de la esencia de una enseñanza seria y de la relevancia de acto fecundo, tilda fácilmente de locos a aquellos que por el estudio, la justicia y el trabajo y sin intervenciones extrañas, pretenden por su propio esfuerzo purificar al ser humano, conducta que por lo demás, si aquellos tuvieran razón y fuera efectivamente una locura, sería de aquellas que Silvio Rodríguez aconseja llanamente no curar.


En efecto, vivimos tiempos en los que el hombre común ha ido ajustando o acomodando su búsqueda de la felicidad a partir de la negación de la realidad que lo rodea, sobreponiendo a ella una versión o interpretación de ésta más digerible, menos agobiante, más cómoda. Ha optado por obviar o a su entender simplificar la realidad que le rodea, minimizando los grandes problemas que aquejan a la sociedad de la que es parte. Y frente a los problemas más evidentes y por tanto menos soslayables, se posiciona en la periferia de estos para evitar el enfrentamiento, visualizándolos como problemas cuya solución escapa a su alcance y a su ámbito de acción, argumentando la mayor parte de las veces que se trata de una realidad inmanente e inmutable, y por tanto fuera de su dominio.  Así, la vida de este hombre común se va desarrollando cubierta por un halo de aparente normalidad. Pero es una tranquilidad que ignora una realidad cargada de postergación, de falta de equidad, de egoísmo e individualismo, de desamor.

Pero afortunadamente también existen hombres que, lejos de tener una mirada complaciente o indiferente frente a sus propios problemas y a los de la sociedad en la que viven, a partir de una conciencia esclarecida deciden miran de frente estos flagelos personales y sociales y, con decida aunque por supuesto impopular y extraña actitud, se disponen a nadar contra la corriente e ir a enfrentar cual quijotes a aquellos gigantes formidables, por más que el común de la gente los vea o  como simples e inocuos molinos de viento.

Son esos hombres los quijotes, esos a los que la posibilidad de ser catalogados de inútiles idealistas nos los amilana. Los que, con una conciencia esclarecida que para otros puede ser más bien signo de peligrosa locura, se echan a la aventura de recorrer los caminos de la vida, lanza en ristre para combatir el mal y el error como única posibilidad de forma de vida. Sí. La única posibilidad, porque los quijotes tienen esa tremenda y supuesta desventaja: La venda ya cayó de sus ojos, y ven. Y no saben mentirse ni mentirle a los demás, por lo cual no pueden engañarse ni engañar respecto de lo que ven. Y cuando ven gigantes no pueden simular que son molinos de viento, como tampoco pueden evitar enfrentarlos una vez que los han visto. Así se arrojan a la aventura del caballero errante en defensa del honor y de la virtud, sin garantías de triunfo, pero entienden también que no vale la pena vivir para ganar, sino que vale la pena vivir para ser quién se es y ser fiel a eso, y que sí vale la pena dedicar, si es preciso, la vida entera a la conquista de aquellas cosas sin las cuales no vale la pena vivir. Y dar todas las batallas que sea necesario en procura de la consecución de los ideales que se abraza porque no hay alternativa para los quijotes.  El de caballero errante es más que un oficio, una forma de vida, una manera de asumir la realidad. Podrán luego de cada lance encontrarse exhaustos y muchas veces desalentados y derrotados. Pero el cansancio es pasajero y la derrota un estímulo que motiva y alienta la vocación de la lucha, por lo que pronto comienzan a sentir nuevamente bajo sus talones el enjuto costillar de Rocinante, y vuelven al camino, con su adarga al brazo.


"En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:


–La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza.

–Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes, iba diciendo en voces altas:

–Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete."

(Extracto de “El Quijote de La Mancha”).

Revisando tan pequeño texto extraído de la novela, nos damos cuenta que la metáfora que se esconde detrás de ella es que El Quijote está luchando no solo con sus enemigos terrenales, sino que también con sus enemigos mentales, sus enemigos internos, que también debe derrotar para continuar con su camino; ¿Y de qué forma los vio?... como unos verdaderos gigantes, que no eran seres humanos imaginarios o imaginaciones de no más allá de su tamaño, sino que gigantes sacados de su propia mente, a los cuales debía vencer. 

En nuestro camino personal, debemos proseguir nuestra senda luchando también con cosas que se escapan de nosotros mismos y decimos nosotros mismos porque cada uno tiene pensamientos que colectivamente forman los gigantes de la sociedad en la cual estamos inmersos. Nuestra labor es ser líderes intachables en nuestras sociedades, por muy pequeñas o grandes que sean. Nuestra misión es esparcir el bien y luchar contra el mal y el error, que encaja los términos de intolerancia, despreocupación, impaciencia, el no escuchar, tendencias mesiánicas, la no perseverancia, entre otras más.

Sin sueños no hay luchas, por ende, sin desafíos no hay triunfo. Pero estas luchas, que en teoría terminan siendo parte del sueño, ¿es necesario pelearlas?

Sancho, su escudero, trata de explicarle a El Quijote en el momento que ve los molinos, que estos no son gigantes, sino simples molinos, a lo cual el hidalgo caballero no hace caso, insistiendo en su cometido y terminando herido y en ridículo. Ahí está la lucha, la defensa del ideal, el intento de lograr hacer los sueños realidad que termina llamándose QUIJOTADA.

Cuando reflexionamos introspectivamente nos escuchamos a nosotros mismos, nos pensamos, nos conocemos, nos toleramos, nos sentimos, comenzamos a vernos como seres imperfectos en busca de la perfección, tratamos de hacer nuestras vidas mejores en base al conocimiento, la fraternidad y por encima de todo, por la generación de una mayor conciencia. Eso nos permite tener a nuestros gigantes al frente y luchar contra ellos, aunque otros los vean como simples molinos de viento.

Don Quijote y la Locura:
El concepto de locura aplicado a la porfía de insistir en la consecución de los ideales, es un punto fuerte de constancia y perseverancia ante situaciones que están interactuando para alejarnos del camino de los ideales que están trazados en la mente de cada uno de nosotros. En la novela se aprecia el tono de locura de forma exacerbada y con un carácter de paranoia por continuar en los ideales trazados por el mismo protagonista, ello obviamente basado en la época en la cual se centra la obra, la cual fue lanzada a la luz en el año 1605. 

Pero, ¿de qué se trata en sí esta supuesta locura del Quijote?; ¿tendrá la locura un sentido o un prejuicio de la propia sociedad o de Sancho solamente?  Esta locura quijotesca puede entenderse como parte de un crecimiento personal, dado que El Quijote en su entendimiento del honor, termina siendo gatillado por las lecturas de libros de caballeros, por tanto, el equilibrio de sus ideales con respecto a su incorporación de estos provienen del conocimiento y la meditación, dado que como sabemos, se entrega a leer libros de caballería con inmensa afección y gusto, llegando a ser tanta su curiosidad y aparente desatino en esto, que incluso vende muchas tierras para comprar literatura caballeresca, dando pie con ello a que se piense que este entusiasmo es el que lo lleva a la locura, obviando que esta supuesta enajenación es la que concretamente le presta coraje en su personaje, en la vida en general.


Narra la novela que el protagonista enloquece después de leer demasiadas novelas de caballería. Adopta un nuevo nombre, decide enamorarse de Dulcinea de Toboso, a la que nunca ha visto y sale de casa junto con su escudero Sancho Panza, en busca de aventuras para mejorar el mundo. Se considera un caballero andante, siguiendo el modelo del Rey Arturo de Inglaterra, de Amadís de Gaula y de muchos otros. La caballería es una religión para Don Quijote. Traba batallas que no son necesarias, al menos a los ojos de los demás, saliendo molido de ellas, ve la realidad de forma diferente, como si estuviera bajo un encantamiento. Don Quijote, aunque en supuesto enloquecido, es un hombre de bien, al cual no le gusta el mundo así como es y por ello lo quiere mejorar, sin por ello importar que sus batallas resulten siempre mal. Sancho Panza lo describe como un pobre caballero encantado, que no ha hecho mal a nadie en todos los días de su vida.

Bajo este concepto, vemos que poseemos un dejo de locura quijotesca, pues el caballero andante enarbolaba como finalidad principal, el mantener la espiritualidad en toda su fuerza y pureza, por sobre las pasiones del mundo y las miserias de este mismo.  Se toma como punto de apoyo el juramento de servir con lealtad y desinterés a la humanidad.

Nuestra locura se basa en la majadera y constante insistencia en el permanente perfeccionamiento de nosotros mismos para con nuestros semejantes y para con mundo que nos rodea, la verdad ante todo, la honestidad, las entereza, la constancia con nuestros actos en base a valores y principios muy marcados, entre otros. Además de nuestra persecución de la utopía de buscar la perfección a pesar de nuestras falencias, las que procuramos mejorar y tratar en lo posible de despojarnos de ellas para llegar a ser hombres perfectos. Para ello es para lo que trabajamos, a pesar de sabemos que nunca llegaremos a serlo, aunque ello no impide creer que se puede. Ese es nuestro camino y nuestra locura como hombres de libre pensar, que estiman que pueden llegar a ser hombres perfectos por mas utópico que ello suene.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano plantea que una utopía, pese a alejarse constantemente por encontrarse en el horizonte, sirve al que busca alcanzarla para movilizar su pensamiento y acción. Los sueños, como vemos, no pueden ser un mero ejercicio teorético. Es necesario actuar para vivirlos. Toda aventura quijotesca, Quijote y Sancho incluidos, como también todos aquellos que tengan un espíritu afín, tiene su utopía particular, rescatando el concepto de utopía en el sentido que le entrega el científico nacional Humberto Maturana, es decir, aquello lejano al campo de la ciencia ficción, por tanto, fácticamente posible lograr, aunque quizás más por trascendencia que por presencia. Utopía, en esta dirección, se relaciona con el anhelo de recuperar algo que fue o de conseguir algo que no ha sido. La locura quizás, en este sentido, está en aferrarse ciegamente a una idea de sociedad solo verosímil, aunque abstracta y no realizable y el idealismo implica así mismo, luchar cada día por una sociedad posible, susceptible de realidad, verídicamente libre, igualitaria y fraterna.  Así comprendido, Don Quijote parece hoy no precisamente un enajenado mental.

Dulcinea, en este mismo sentido, representa la utópica perfección individual y social, en tanto un estado ideal pero factible de concretar, respecto del cual es posible soñar, trazar objetivos de vida y luchar por alcanzar. Es una ideación con referencia a algo concreto, es una aspiración de logro de un mejor orden de cosas, pero con un sustrato que viene de la antigua tradición humanista o individual, que lo hace ser totalmente apegado a los hechos, o sea, en nada locura, pero en todo sueño. Es la noción de que a partir de una constatación del ser y la correlativa aspiración de un deber ser, todo lo actualmente real es posible de perfeccionar, recuperando lo extraviado, preservando lo legado y construyendo lo anhelado, al igual que Don Quijote, recogiendo la historia y desde el camino biográfico escribiendo las líneas de un relato propio que sucesivamente se hará parte de un legado tradicional.

En este sentido, Dulcinea es la motivación que pone en movimiento la inteligencia y la voluntad, pues el hombre de bien, como El Quijote y su fiel compañero Sancho, transita o viaja en pos de alcanzar ese estado de perfección que de modo muy sugerente se encuentra en uno, pero a la vez en la mirada de uno al otro, en el amor fraternal, en otras palabras. El hombre de bien sabe que ese final perfecto es quizás imposible a su condición humana, quimérico en este sentido pero que, con cada paso dado, este efecto necesariamente asociado a su consecuencia, se encuentra más cercano, de modo que aunque el estadio final se traslade conforme las evoluciones y revoluciones de la humanidad lo dispongan, nunca la distancia entre caminante y destino se debe al renunciar al viaje, sino que al hecho que cada día la meta perfecta incorpora nuevos parajes al camino. El Quijote, en esta dirección, reconoce que no es lo más importarte ver a Dulcinea, sino que creer en ella, sostenerla con convicción y defenderla de los incrédulos. Como se escucha algunas ocasiones: loco o cuerdo, qué importa. Lo importante es la valentía y el compromiso con los valores a los que se adhiere con convicción. Y esa adhesión tiene que ver necesariamente con el amor. Y en todo este cuento, quizás la gran locura para el paradigma contemporáneo sea precisamente amar al otro.

Mientras tanto aquellos que se autodefinen cuerdos y observan con lástima se preguntan: ¿hasta dónde puede llegar la insensatez de malgastar el tiempo en quimeras?; ¿cuál puede ser el afán de intentar cambiar la realidad?; ¿hasta dónde puede llegar la locura de buscar lo inalcanzable? 

Dicen también los pensados sensatos, los cuerdos, los que tiene los pies bien puestos en la tierra, que tan sólo basta un sencillo ejercicio de constatación para aceptar de que la humanidad nunca ha alcanzado los logros y metas que los idealistas han visualizado y han propuesto. Y en eso no se equivocan. La humanidad nunca llegó hasta donde los idealistas proponen que se puede llegar. Pero no es menos cierto que la humanidad jamás habría avanzado hasta donde lo ha hecho en reivindicaciones sociales, en el respeto a la dignidad humana y la ética, sin que ellos no nos hubieran arrastrado con su rebelde porfía. 

¿Dónde radica entonces la locura, la actitud delirante?; ¿está en el que alza la voz en medio del bullicio estéril, para reivindicar la posibilidad de construir una sociedad distinta, donde rijan los valores universales del humanismo?; ¿o está en aquellos que han hecho de lo insano, de lo injusto, de lo anti fraternal, una situación de normalidad?
¿Será un síntoma o expresión de locura la posibilidad de imaginar y procurar un mundo distinto, donde la justicia, la libertad, el amor sean tesoros valorados por todos y para todos, sin exclusión?; ¿Será locura entender  como realidad no solo aquella que padecemos sino también aquella que necesitamos y que logramos imaginar y soñar por el sólo hecho de haber sido llevada al plano de la conciencia?; ¿No será que estamos hechos no solo de lo que vivimos sino también de aquello que soñamos vivir, o sea de nuestra realidad constatable y de aquella potencial que espera pacientemente que seamos capaces de parirla?.

La realidad entonces tiene los mismos límites que tiene nuestra vista que se pierde en el horizonte, que representa aquel potencial e idílico destino de nuestra marcha, el lugar donde residen nuestras utopías, nuestros ideales, hacia los cuales hemos tomado la decisión de caminar entendiendo que el sentido de hacerlo no se encuentra en la meta, sino en el camino mismo. El camino es el medio y es el fin en sí mismo. 

La visión moderna del Quijote está en el espíritu rebelde, justiciero, que lleva al personaje a asumir como su responsabilidad personal cambiar el mundo para mejor, aun cuando tratando de ponerla en práctica, se equivoque, se estrelle con obstáculos insalvables y sea golpeado, vejado y convertido en objeto irrisorio.


¿Qué hace que, a través de cuatro siglos, la historia de esta pareja inmortal siga cabalgando sin tregua ni desanimo sobre todos los continentes de la tierra?

Se concibe su idealismo tan contrario a aquello que ocurre en la realidad y de lo cual la cultura de los pueblos entiende como válido por su aceptación general, pero es la generalidad de la aceptación lo que realmente se valida como una verdad establecida. Es ahí donde se generan a través del tiempo los verdaderos Quijotes que, con sus ideas a contramarea de la generalidad, incentivan cambios en las sociedades. Cuán importante es que constantemente surjan estas conciencias críticas, tan necesarias en toda sociedad para generar las transformaciones necesarias que permitan una sociedad mejor, concebida en la igualdad, la fraternidad y libertad de todos sus miembros.

Es aquí donde está el profundo sentido de aquilatar realmente esos grandiosos retos que aceptamos ingenuamente, sin cuestionarnos ni dimensionar en su real alcance en cuanto a que debemos sobreponer la razón por sobre las pasiones y los intereses grupales, para inspirarnos sólo en grandes ideales. Realmente, UNA QUIJOTADA.

Son gigantes la mentira, la infamia, la injusticia, la inequidad, las grandes diferencias de oportunidades en los distintos estratos de nuestra sociedad para el acceso a las respuestas a las más fundamentales necesidades del ser humano, como son el derecho a la educación, el derecho a los servicios de salud, a la seguridad de la integridad física de las personas y a pensiones que dignifiquen la vejez y así tantas otras más de muy largo enumerar, los que no tienen otra solución que un gran acuerdo social inspirado en los valores de solidaridad y justicia que consideramos propios de los dictados de una conciencia ilustrada.

CONCLUSIONES

El idealismo quijotesco nos invita a plantearnos la posibilidad de fraguar en nuestra conciencia altos ideales que favorezcan el desarrollo de una sociedad más justa, igualitaria y fraterna, para lo cual debemos forjar nuestro temple, fortalecer nuestra voluntad y que sea ésta la que nos levante luego de cada frustración, de cada batalla perdida y nos aliente a seguir, a insistir. Porque el único enemigo, el único gigante que puede vencer a un hombre de bien es el temor y la falta de convicción y voluntad.

Este lance, esta batalla continua contra aquellos gigantes que moran en nuestro interior y que intentan burlar nuestra conciencia, aparentando ser inofensivos y apacibles molinos de viento, representa el derrotero ineludible de todos los que renunciaron a continuar con una vida común, para iniciar otra conducente a los caminos que hay que recorrer en busca de otro mundo posible de construir, uno donde los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad rigen la vida de los hombres, donde todos valen lo mismo y nadie es más que alguien. Donde nadie tienen siquiera que llamar a nuestra puerta, porque todas las puertas están abiertas. Un mundo donde la justicia no se impone, se respira, se aprende junto con las primeras palabras. Un mundo donde nadie defiende los derechos humanos, porque nadie los viola. Un mundo donde nadie le quita nada a nadie, porque todo es de todos y nadie tiene más que alguien. Un mundo donde nada de esto se impone por decreto, sino que por amor.

Que, en este camino la vida nunca nos traiga de regreso bajo forma de apostasía. Tengamos presente que, cuando El Quijote regresa de sus aventuras, desiste de todas las historias caballerescas y decide convertirse en pastor, la insania parece abandonarle, pero, así como la locura desaparece, también lo hace la vida y lentamente va enfermando hasta que finalmente nuestro hidalgo caballero muere. Por ende, una duda nace: ¿Era su locura lo que le mantenía con vida?


lunes, 12 de junio de 2017

Las Políticas Públicas como Mecanismos de Caridad, Filantropía y Equidad



Las Políticas Públicas como Mecanismos de Caridad, Filantropía y Equidad


Creado por: José Muñoz Vásquez y Luis Alcaíno Veliz.-

El tema “Las Políticas Públicas como Mecanismos de Caridad, Filantropía y Equidad”, tiene dos formas de enfrentarse: Como una combinación de conocimientos y contingencia, o bien como una mirada esotérica de un fin que carece de tiempo, pero que trasciende.

Hemos optado por lo segundo, lo cual tal vez provoque desencanto, pero creemos que aquello que es invisible es determinante a la hora de ver al hombre, y que este espacio virtual acoge al ser humano, más allá de la ideología, el momento y la división.

Introducción 

La palabra filantropía es usada para señalar el amor a la humanidad y ese amor es expresado por medio de actos desinteresados de ayuda hacia otros. Un filántropo es una persona caritativa, solidaria, colaboradora, bondadosa, altruista, que se preocupa por los demás en varias instancias, por ejemplo, cuidando el medio ambiente porque su devenir no solo le afecta a él de manera directa.

Su origen etimológico proviene de la unión de dos palabras del idioma griego: philos y anthropos, las que podemos traducir como amor y hombre, respectivamente. Entonces, filantropía significaría amor a la humanidad. 

La conducta del filántropo será comprensiva, buscará la equidad en la sociedad, será desprendido materialmente y también solidario, practicando siempre el humanismo. Creemos fuertemente que es filántropo no solo aquel que colabora para que la sociedad mejore, crezca y tenga bienestar, sino que también aquel que se piensa y se sabe igual ante otros seres humanos. También debe respetar las diferencias, especialmente las culturales y valorar la cultura de cada sociedad. La persona que practique la filantropía luchará contra todo para poder defender los derechos humanos de todas las personas del mundo, en particular en beneficio de aquellas que sufren por su condición social o por discriminaciones de todo orden.

El filántropo, por lo general, debe practicar la justicia social. Esto significa que tendrá contemplación hacia los grupos sociales marginados y tratará de ayudarles, porque ante la ley son personas iguales en derecho, aunque no en hecho, ya que claramente sus condiciones de vida no son adecuadas, no obstante, podrían ser mejoradas en gran medida a través de acciones que aumenten el bienestar social y que en cierto modo igualen las oportunidades de todos los miembros de la sociedad, o por lo menos, en aquellas cuestiones que consideramos son necesidades básicas.

Puede ser que se confunda a la filantropía con la caridad, pero no son las mismas cosas. La caridad apunta a colaborar con los problemas de la sociedad para que estos tengan una solución temporal, ayuda con una limosna que quizás haga que ese día alguien no sufra el hambre. En cambio, la filantropía pretende brindar ayuda para que esos problemas sociales tengan una solución definitiva, para que nadie sufra hambre ningún día.

Tampoco debemos confundir al filántropo con aquella persona que ejerce el mecenazgo. En la Antigüedad, el mecenas era aquella persona que por poseer grandes sumas de dinero, ayudaba a algún artista a tener éxito, ser conocido o simplemente a desarrollar su talento. En la actualidad, el mecenazgo es ejercido en esa misma área (cultura y arte), sin intención de conseguir una retribución de algún modo. De todas formas no es lo mismo mecenazgo que donación, porque el primero consiste en crear un compromiso a lo largo de los años.

Desarrollo

1.- Política Pública

La política como actitud, es una actividad de finalidades, las cuales derivan de las ideas, de las convicciones, de los intereses, de las necesidades.

Las ideas, convicciones, interés y las necesidades, pueden convertirse en discurso y vacío, en promesas carentes de sentido y forma, en voluntad humana desperdiciada. Pero además estos conceptos pueden dar raíces de causalidad a una serie de fenómenos de actividad y de construcción.

Las ideas al servicio del hombre pueden ser puestas como ídolos de barro que hace que el hombre se ponga a su servicio. 

Las convicciones, firmes resultados de la percepción del mundo, pueden ser motor de la voluntad o esquemas odiosos de diferencias y división.

Las necesidades, defectos estructurales del existir en un mundo que cree en la carencia, pueden ser oportunidad de dar justicia y equilibrar la balanza adulterada de la fuerza bruta, sea esta la violencia de cuerpo o la prepotencia de los poderes fantasiosos del dinero, la religión, la dirección política u otros.

Los intereses, legítimas manifestaciones de las intenciones de cada individuo, pueden ser el detonante del acuerdo, la negociación y el balance, o ser el articulador oscuro de la camarilla que encubre intenciones.

Mundo real de una realidad convenida, el mundo se estructura desde su física, carente de metafísica o provistas de una mirada de lo invisible.

En ese mundo real, el flujo constante de las interacciones, impiden el acuerdo monolítico, la mirada idílica de la fraternidad universal, la unidad de propósito, o la presencia generosa del amor.

De ahí organizar los esfuerzos, dar lugar a reglas de convivencia, a un todo común que desde lo posible haga de lo de cada uno un bien para todos, más allá del hoy, mirando el tiempo como un aliado de la realización de mejores cosas.

En este escenario, que describimos sin juntar palabras que prejuzguen el juicio, la sociedad organizada sobre la base de gobiernos, estructuras de poder, participación y representación, además de recursos financieros, humanos y materiales, convive consensuando la prelación de objetivos, los cuales guardan relación con los débiles y su oportunidad y con los poderosos y su interés.

Débiles en cuanto desventajados, no como enmarque sólo del económicamente pobre. Poderosos en cuanto administran esferas de influencia, no solo en cuanto dinero y fuerza bruta.

Así, a la definición de los cursos de acción tendientes a resolver los problemas comunes, articulados o coordinados desde el Estado, provistos de marcos de valor y de núcleos de decisión y recepción, podemos llamarle política pública.

2.- Las Políticas Públicas como Mecanismos de Caridad, Filantropía y Equidad

Desde lo definido antes, es posible desprender que la política pública desde su naturaleza es causa de efectos. Y sus efectos, regularmente estudiados desde la objetividad y la objetivación, producen alteraciones en la realidad que pueden ser deseados por todos, deseados por pocos o rechazados por muchos.

La caridad, sinónimo de la compasión que es la conciencia despierta de la semejanza de la realidad de uno respecto de otro, al punto de amar lo que el otro es en cuanto igual, alimentará las ideas, convicciones, intereses o necesidades de los que la incorporan a su mirada del mundo y, dependiendo de los actores que levantan los planos de la finalidad, pasar a ser elementos presentes de una política pública.

Pero su sola presencia no garantiza que la acción que se vincula a ella recoja en la práctica su sentido, y al contrario su ausencia en las palabras y diseño de la política pública tampoco determina la ausencia de la caridad en la acción.

Igual ocurre con la filantropía y la equidad, pues su concurrencia desprovista de actores que las realicen puede impedir llevarlas a cabo.

La política pública como herramienta, más allá de lo que se declame en ella no es en nada producto directo de la caridad, la filantropía o de la equidad sin que existan hombres decididos a ser caritativos, filantrópicos o equitativos.

La caridad no es un bien objetivo, la filantropía no es una acción colectiva, y la equidad no es un motor estable.

La política pública es fraterna, solo en cuanto existan hombres fraternos, es justa en cuanto existan actores justicieros y es filantrópica en cuanto existan actores dispuestos a darse a sí mismo como regalo a sus hermanos iguales y carentes, esto es, como regalo a la humanidad, sea cual sea la porción de ésta en las que les corresponde vivir y ser.

No se puede forzar el amor, no se puede ser justo sin vivir en la justicia. 

La política pública así vista, no es un propiamente un mecanismo de caridad, filantropía y equidad, sino que una oportunidad de rectificación y realización que pueda hacer real la existencia de una casa en la que todos entren.

Cuando el bien de un solo hombre sea visto como el bien de todos, cuando el amor como forma de convivir, mirar y hacer sea la luz con la que contemplamos al otro, cuando dar no sea sinónimo de perder y cuando la justicia resplandezca como la voz natural de todos, ese día la política pública será el himno de la fraternidad de todos los hombres.

Conclusiones

Consecuente con lo anterior, las buenas ideas y una política pública adecuada serán esenciales para la promoción de la filantropía y el fortalecimiento de la sociedad en el país, sin embargo, es igualmente importante la capacidad de convertir en prácticas concretas las buenas ideas, cuando tal acción significa introducir nuevas o mejores políticas públicas. 

Las diferentes políticas públicas afectan la capacidad de las organizaciones de la sociedad en general, para promover el bienestar social, la democratización, la gobernabilidad efectiva y las agendas efectivas de apoyo a la filantropía. Tales acciones se refieren a las maneras en las que tales políticas pueden ser modificadas con el fin de acrecentar el potencial de estas organizaciones para contribuir a la promoción del bienestar público y de las prácticas y los valores esenciales de la vida cotidiana. 

Por lo tanto, es importante plantearse, entre otras, estas dos preguntas:

¿De qué manera los legisladores y gobernantes –en este caso, quienes desean introducir nuevas políticas o mejorar las ya existentes– pueden promover de mejor manera sus objetivos en el país?

¿Qué es lo que podemos aprender acerca de convertir las buenas ideas y las acciones de filantropía en políticas públicas efectivas?


Bibliografia: Filantropía, por Cesar Alcalá Brazón.

martes, 30 de mayo de 2017

El Oxilon ¿Quién es?
















Creado por:
Víctor Tapia

El Oxilon: Cuarta Parte

Era un lugar como olvidado en el pasado, las casas, las vestimentas de las personas, las calles sin pavimentar, no sabía qué hacía ahí, y esa mujer nuevamente me encaró.

- ¿Ya me olvidaste?

Miré sus ojos, recordé y la abracé. Pasamos todo el día juntos. Las horas transcurrieron sin darnos cuenta. De pronto miré el cielo. Los últimos rayos del sol se estaban extinguiendo, llegó el crepúsculo y con este una pena y un dolor muy grande en mi corazón.

- Tengo que irme, no puedo quedarme más tiempo.

- Lo sé, sé que tienes que partir, pero no vuelvas a olvidarme.

Ese día desperté contento por el recuerdo de aquel sueño. Nunca pude ver el rostro de esa mujer. En realidad, no sé si fue un sueño, pero ahora sé que tuve un gran amor y fue tan grande que traspasó la barrera del tiempo, en algún lugar y en un tiempo desconocido volveremos a estar juntos.

Esa semana desperté y se puso una palabra en mi mente. “OXILON”. La escribí para que no se me olvidara y la busqué por internet para ver si esa palabra existía.

OXYLON, así escrita con y griega, tiene que ver con cosas industriales. OXILON, así escrita con i latina, tiene que ver con extraterrestres.

Supe también por otro sueño que con nuestro grupo Proyecto Uno teníamos que encontrar el OXILON.

Aquí estamos, otra vez en La Cruz Roja, no quise terminar este relato hasta que estuviéramos de vuelta nuevamente, que emoción recorrer sus galerías, sus habitaciones, la poza gigante donde nos bañábamos, el bosque. Hicimos una cadena de unión con eslabones sólidos, Katalina, Álvaro, Dany, la otra Dany, Andy, yo el Profe, además de nuevos integrantes que con los años se fueron sumando, y dimos las gracias por estar en aquel lugar y así poder terminar el trabajo inconcluso.


Nos instalamos en nuestra habitación base, y comenzamos a recorrer nuevamente sus galerías, abrimos una puerta que estaba bloqueada y salieron cientos de murciélagos volando lo que provocó susto en algunos miembros de la expedición.

Ya estaba completamente oscuro, todos con linternas, uno atrás del otro recorriendo las instalaciones, buscando el OXILON, de pronto llegamos a una puerta que estaba en el subterráneo, que en los tres años que fuimos nunca la vimos, nos costó abrirla.

Esa puerta se comunicaba con un sendero. Jamás habríamos imaginado semejante cosa, a medida que avanzábamos, la oscuridad que había se transformaba en luz de día, y en mitad del sendero aparecía una especia de túnel donde se cruzaba la vegetación y árboles de lado a lado, fueron unos quinientos metros aproximadamente, después el túnel desaparecía para dejar en ambos lados una magnifica vegetación, además de todo tipo de frutas, rojas o verdes o amarillas, también me llamó mucho la atención el sabor de la fruta, dulce, que parecía que por su color y su sabor hubiera sido creada por un gran arquitecto, un hombre sabio que conocería todos los secretos del universo.

Nos detuvimos un rato largo para disfrutar de esas frutas, seguimos avanzando y el camino se tornaba árido solo tierra arena y piedras. El calor había aumentado significativamente, dos horas de caminata sobre un terreno agresivo para el ser humano, y de pronto cuando el sudor brotaba por todos los poros del cuerpo y la deshidratación hacía sentir sus primeros síntomas llegamos a una especie de cantera.

 El OXILON vive aquí dijeron todos al mismo tiempo con el pensamiento, pero solo encontramos piedras y aridez, había frustración y desesperanza. En ese momento recordé los primeros eventos esotéricos que experimentamos, los días jueves de cada semana para estudiar como un centro espírita, para aprender y hacernos más instruidos, de las primeras personas que nos pidieron ayuda, temerosas de lo que pudiera ocurrir.
-Una voz me sacó de mis pensamientos.

-Profe; hemos buscado por una hora en esta cantera y no encontramos al OXILON, estamos cansados.

Como fallarle a quienes han confiado en mí. Lo vi en sus rostros agotados. Entonces recordé mis sueños, la magia no está en una varita, sino en la alquimia que cada uno al ser mejores personas produce un cambio en lo más profundo de su conciencia.

Un instante, unos segundos, un parpadeo, y lo comprendí todo. La sabiduría la da el tiempo y el trabajo que uno invierte en ese tiempo.

- Vengan les dije, miren al frente.

Había una roca de grandes proporciones completamente pulida.

- Hemos pasado dos veces por este lugar- dijeron todos.

- Si, han pasado, pero con los ojos cerrados, ahora miren - El reflejo de nosotros mismos.
- ¿No lo comprenden todavía?

Miren, ahora vean, porque allí, en esa roca pulida está el OXILON, somos nosotros, son todas las personas fraternas, justas, tolerantes, que buscan la igualdad y la filantropía.

El cansancio ya no se sentía, una alegre sonrisa cubrió el rostro de los muchachos, llegar tan lejos con tanto esfuerzo y el OXILON siempre estuvo en nosotros, pero las grandes cosas se obtienen con trabajo esmero y dedicación, cuanto más cuestan más se valoran, es lo que puedo dejar como enseñanza para todas las personas que son muchas, que han descubierto que el mundo no es lo que ve el común de la gente, que la alquimia sigue siendo el elemento descubridor de nuestro propio universo, la transformación de una piedra bruta en un metal noble, quien descubre los secretos de la vida, podrá disponer plenamente de ella. 


sábado, 20 de mayo de 2017

El Oxilon (Cuarta Parte)












Creado por:

Víctor Tapia

El Oxilon: Tercera Parte                                                                 El Oxilon ¿Quién es?

EN EL PARQUE ALEMÁN


En otro tiempo, en un pueblo perdido entre montañas y valles, vivía en ese lugar gente humilde y trabajadora, Karina era una niña de 16 años que sólo se preocupaba de ayudar a sus padres y al trabajo en el campo. En el pueblo vivía un agricultor de buena situación económica que siempre estuvo enamorado de ella, pero Karina, rechazó una y otra vez sus intenciones amorosas. Una mañana de invierno llegó un destacamento montado del ejército de Chile, entre ellos un joven de unos diez y siete años, Karina se enamoró de ese joven y se embarazó, después de un breve tiempo el destacamento partió y con él, el joven.

El agricultor le propuso a Karina que se casara con él y se haría cargo del niño y de ella. Karina aceptó, pero después de un tiempo el agricultor se dio cuenta que seguía enamorada del joven militar y que nunca lo querría a él.

El agricultor lleno de odio y de rencor maldijo a Karina y al hijo que llevaba en su vientre, la maldición fue poderosa, era de muerte, Karina cayó enferma y cuando se había perdido toda esperanza ingresó al pueblo un extraño que se llamaba Jeremías, un mago blanco, acudió en ayuda de la enferma y logró salvarle la vida.

- Mamá siento un peso tan grande en mi espalda, es como si estuviera cargando con una persona, no tengo energía me cuesta mucho hacer las cosas y mis sueños son cada vez más horribles por lo que trato de no dormir.

Camila, bruja blanca, madre de Nicol, sabía lo que estaba ocurriendo con su querida hija, a pesar de toda su sabiduría y poderes no podía ella sola con el demonio que cargaba Nicol.

Entonces Camila me pidió ayuda, le dije que tenía que consultarlo con el grupo porque era una situación muy seria y no habíamos realizado exorcismos. El grupo que para ese entonces se llamaba Proyecto Uno aceptó el trabajo.

Sentamos a Nicol en una silla, la amarramos para protegerla a ella y a nosotros, comenzamos el ritual, al tiempo de unos minutos Nicol hizo una rotación de la cabeza y al volver a su centro ya no era Nicol era otra persona, rio cínicamente, sus ojos llenos de odio me miraron fijamente, sin darnos cuenta se liberó una mano y me apretó un pectoral, con tanta fuerza que caí de rodillas, todos trataron de quitar su mano, pero no pudieron.

- Quién eres le grité, quién eres.

- ¿Acaso ya no me recuerdas, Jeremías?

Con esa respuesta que dio supe quién era él y quién había sido yo, con ese conocimiento pudimos rescatar a Nicol, hacerla volver a su centro y terminar el ritual.

Logramos detener el avance de ese demonio en la posesión de ese cuerpo, pero no logramos expulsarlo se necesitó de otros rituales para expulsarlo. Nicol desde ese momento no ha sentido ese peso que la aplastaba, ahora es una mujer dedicada a su profesión, a su familia y a su deporte que es el semifondo en el atletismo.

Siempre sé de ella y monitoreo cada cierto tiempo su estado. Esta situación que pasó ya hace un tiempo me confirma que muchas personas son infelices y sufren porque están cargando mochilas que no les corresponde cargar, con la columna desviada con tanto peso, viven un eterno conflicto con ellos mismos y con los demás, por acciones de sus antepasados.

Frecuentábamos también otros lugares como un camping llamado el Parque Alemán, en los faldeos cordilleranos de Pirque, atrás del parque hay un fundo y yo hice un camino que duraba dos horas y media ida y vuelta en medio del bosque, este camino terminaba en un cerro pequeño, también con sus historias y eventos sobrenaturales.

 La primera vez que me interné en el bosque me perdí, la segunda también me perdí, la tercera me di cuenta que tenía que hacer un camino con marcas, pero dije para qué voy a marcar los primeros mil metros si es fácil desde aquí, pues bien, en los mil metros sin marcar me volví a perder, después cada un minuto de marcha lenta tenía una marca desde el inicio hasta el final del camino, tengo las numerosas fotos que nos sacamos en ese lugar, los Orbs (son almas de difuntos o seres de otra dimensión, que de alguna manera tratan de manifestarse y quedan recogidos por la tecnología) son circunferencias medias verdosas, semejantes a las que vi en el hotel San Carlos.

Utilicé el Parque Alemán como centro de entrenamiento, tenía que vencer el miedo, comencé a hacer ese camino solo en la noche, acompañado de mi perrita bóxer la Zaphiro. Una noche venía de vuelta por el camino que tenía marcado y a veinte metros aproximadamente hacia mi derecha había un haz de luz que caía de las nubes hasta el bosque, yo miré de reojo sin ninguna intención de averiguar lo que era, pero la Zaphiro salió corriendo a ese lugar, la llamé, le grité, pero no venía, sabía que si me salía del camino marcado me perdería pero pasaron cinco minutos y la Zaphiro no venía, comencé a caminar hacia el haz de luz, di unos cinco pasos y entre la oscuridad del bosque vi un bulto que venía muy rápido hacia mí, era la Zaphiro. Nunca sabré que pasó en esos cinco minutos con mi mascota y ese haz de luz. Retomé el camino siguiendo las marcas.

Otra noche cuando me faltaban como veinte minutos para llegar al campamento, venía con la Zaphiro y de pronto me tomaron de la espalda. No pude soltarme comencé a sudar frío, jalé fuerte pero no me soltaban, muy angustiado miré para atrás y el miedo se transformó en carcajada, pues una rama de un árbol se había enredado con mi mochila y no me dejaba avanzar.

En el camino que marqué había un lugar en donde se encontraba un ara natural creada por un grupo de grandes eucaliptos, formaban un círculo, siempre que nos sacamos fotos en ese lugar aparecían orbs y presencias extrañas.

Un fin de semana fui a acampar con mi curso que era un cuarto medio, hicimos el camino marcado en la noche, no les mencioné el ara, pero cuando veníamos de vuelta los llevé al lugar sin decirles nada, comenzaron a sacarse fotos y salieron los orbs, les expliqué lo que eran, quedaban como treinta y cinco minutos para llegar al campamento, al reiniciar la marcha comenzaron a hablar de demonios y a burlarse, les dije que no lo hicieran pero continuaron con lo mismo, a los pocos metros de caminata y al llegar a una muralla natural de plantas y maleza se sintió como una máquina gigante que se venía por el otro lado de la muralla, tan potente y fuerte que yo caí de rodillas con el piolet apuntando a la muralla, un alumno se orinó y otros cayeron al suelo con mucho miedo, de pronto el sonido se detuvo y por entre las plantas y la maleza apareció la cabeza de un caballo negro que relinchó con mucha rabia, la cabeza del caballo se retiró de la maleza y se sintió nuevamente el sonido de una máquina que se alejaba, el resto del camino lo hicieron muy juntos y callados.

 Logré mi objetivo: estar solo en la noche en medio del bosque, recorrerlo con todas las manifestaciones que allí ocurren, vencer el temor, estas caminatas me hicieron más fuerte.Los cuidadores del Parque Alemán ya me conocían, un día me hablaron.

Profe ¿sabe cómo le pusieron la gente que vive en el fundo?

No sabía que allá vivía gente.

Sí; los guardias que andan a caballo siempre lo ven, y le pusieron, el Solitario, donde siempre camina solo.

De regreso en la Cruz Roja, recibimos una triste noticia, Mario y Carolina, nos informaron que les salió su casa, pero el nuevo cuidador ya sabía de nosotros y no tendríamos ningún problema para seguir acampando en el lugar. La Cruz Roja desde que llegamos había cambiado ya no era la misma se sentía por primera vez paz, fueron tres largos años de un trabajo invisible e intenso, ya casi todo era diversión y alegría.

Conocimos al nuevo cuidador se llamaba Sergio, era medio hippie; su pareja, una mujer joven no cuidaba su apariencia física, era chocante verla con las piernas sucias, siempre iba a donde estábamos nosotros a pedir licor si es que teníamos, tenían dos hijos y esos niños siempre andaban sucios y a medio vestir.

Sergio comenzó a llevar a sus amigos. Se emborrachaban y armaban líos. una mañana me levanté temprano, salí a caminar por el bosque cercano a la casona, de pronto observé que a muchos árboles les habían sacado la corteza y tenían dibujados símbolos que no conocía, ingresé a la casona, comencé a caminar, entré a una pieza que estaba al final de una galería, sentí mucha tristeza porque me di cuenta que habíamos perdido a la Cruz Roja, pues en las murallas de esa habitación estaba esparcido excremento humano, el olor era insoportable, y al fondo de la habitación un altar, comprobé que se estaban haciendo misas negras.

Fue el último fin de semana que pasamos en la Cruz Roja, de eso han pasado como cuatro años, con el tiempo supimos que despidieron a Sergio.

 Nosotros no fuimos a la Cruz Roja. La Cruz Roja nos llamó, con nosotros se iluminó y le dio paz a aquellos espíritus que fueron niños y solo conocieron el sufrimiento y la soledad.
Cada vez que vamos al Cajón del Maipo pasamos por la Cruz Roja, yo sé que algún día vamos a volver, porque el trabajo quedó inconcluso. Sigo pensando en esto de las coincidencias porque ahora que estoy decididamente escribiendo este relato se ha dado la posibilidad de que volvamos a la Cruz Roja y antes de que lo termine estaremos allí nuevamente.


- ¿Ya no te acuerdas de mí? 

La Virtud de la Tolerancia

Creado por: Rodrigo Barrera Pincheira “La tolerancia es una virtud difícil; nuestro primer impulso, y...