lunes, 6 de julio de 2015

El Hombre del mañana


Creado por: 

Enrique Gillet
Enrique Palomera
Abel Toro (QEPD)



El panorama actual nos presenta a un hombre caminando a la deriva, sin mayor consciencia respecto de las verdaderas razones de su apatía, de su depresión, de su profundo descontento y su insatisfacción; a ratos velado por estados de euforia y de contento, que muchas veces tienen que ver más con la casualidad que con resultados de esfuerzos conscientes en dirección del logro de objetivos de vida elaborados desde lo más íntimo del ser.

Este hombre se enfrenta diariamente a la necesidad de levantarse para comenzar un día más,  como autómata más que como hombre consciente, sin reparar demasiado si aquello para lo que se levantará este nuevo día está conectado con aquello en lo que cree y aquello que ama. Es más, es probable que este hombre no tenga demasiada claridad respecto de qué es aquello en lo que cree , o que es lo que quiere.

Este hombre, por otra parte, se siente sólo, desconectado de sí mismo y, más aún, desconectado de todo lo que está fuera de sí mismo. Es ajeno a su verdadero ser y a todo lo que lo rodea. Y el mundo en el que vive y se desenvuelve, más que ofrecerle posibilidades de sentirse integrado, le plantea un escenario en el cual debe estar continuamente optando entre opuestos que se disputan la verdad, y al optar por uno, siempre habrá otro que se le oponga, al cual no estará ligado.

Sólo una visión de totalidad, que contemple e integre armoniosamente todos los aspectos de la vida humana puede satisfacer las aspiraciones del hombreNada puede ni debe ser desechado, descartado o desacreditado si se quiere tener una visión universal de la vida y del hombre en la búsqueda de la felicidad.

Entonces estamos frente a la necesidad del despertar de un nuevo nivel de la consciencia, una consciencia integradora. Esta integración del hombre individual en una totalidad que lo atrae cada vez más no puede realizarse a través de las ideologías que encierran y encadenan al hombre en la lucha de los opuestos, sino a través de la vida misma y de la expansión de su consciencia.

El individuo, que ha debido soportar las enormes presiones de un ciclo histórico de predominio de colectividades, cada una de las cuales, de alguna manera y en alguna forma, le han ofrecido la salvación, deberá replegarse sobre sí mismo, volver sobre su propio centro, desplazar sus energías sobre el núcleo más íntimo de su ser, en busca de su expansión, en busca de su verdadera evolución, aquella evolución que lo llevará a su verdadera libertad y a su verdadera felicidad, la evolución de su consciencia.

Aquí está el gran desafío del hombre del mañana.
  
La nueva era deberá gestarse bajo un nuevo signo, basado en un principio de integración de partes en la totalidad o unidad. El nuevo hombre, deberá despertar a una consciencia expansiva y participante, conectada consigo mismo y con el resto del Universo, del cual es parte, y que por lo tanto deberá comprender para comprenderse. Una consciencia expansiva, que le permita extraer y sacar provecho de todo sin desechar nada, librándose de las ataduras de los opuestos, entendiéndolos en este nuevo plano como complementarios.

Estamos al servicio de nuestra evolución personal, y por consecuencia, lenta pero eficaz, al servicio de la evolución de la humanidad. Y esta evolución corresponde a un proceso consciente, en el cual se encuentra empeñada la voluntad de transformarse, y se sustenta en una consciencia expansiva y participante. Expansiva, porque se proyecta en ascenso hacia lo alto, conectando con aquel hombre superior que mora en nuestro interior, y participante, asumiéndose como parte integral e inseparable del resto del Universo, al mismo tiempo de asumirse como un Universo en sí, y por tanto, también indivisible.

En definitiva, este es el paso evolutivo que nos proponemos, y al enfilar nuestros pasos en función de esta evolución del propio ser  y conectando con la sensibilidad universal y del resto de los hombres, entendiéndolos como hermanos, estaremos abordando nuestra responsabilidad como individuos conscientes de ser los agentes de cambio que influirán  en el logro de aquellos ideales que aspiran al surgimiento de un hombre, a la vez consciente de la responsabilidad que le cabe en la consecución de su propio destino, de su propia felicidad y de la los demás. Un hombre que en vez de restar y de dividir, sume y multiplique.

Así, el próximo hombre, aquel que se levante mañana, sabrá por qué y para qué se levantó. Y sus razones para hacerlo estarán profundamente conectadas con sus sueños, con su amor, su felicidad, y con los sueños el amor y la felicidad de sus hermanos, es decir, el resto de los hombres.

Y será feliz porque su sensibilidad estará en sintonía con la sensibilidad del mundo y con el Universo entero, del cual forma parte y que a la vez es él mismo. Será feliz, porque comprobará el regalo de haber despertado un día más, un día completo para amar, para vivirlo en intensidad, como si fuera el día del final, pero con las fuerzas y la maravilla del comienzo, sintiendo que la vida está hecha de momentos y cada momento es la vida entera.

El hombre que se levante mañana valorará cada día como una nueva oportunidad para ser, para volver a intentarlo, para vibrar en la misma frecuencia que vibra el Universo. Se sentirá amado por el mundo y amará al mundo como se ama a sí mismo. Sentirá su compromiso en la consecución del Ideal Universal, se levantará sobre sus pies, se pondrá al Orden y enfilará su marcha en dirección al Oriente . Y lo hará por amor. Amor a sí mismo, amor a todo lo existente, amor a la vida.


1 comentario:

  1. Por cierto nuestra visión de totalidad, integrada tanto a nuestra evolución personal cómo a nuestra evolución como especie humana, creo que debe incluir la pregunta ¿que estamos haciendo en el ámbito del cuidado y protección del ecosistema inmediato que sostiene nuestras vidas ( reciclaje sobrantes, basura electrónica, sobre consumo de agua, entre otos aspectos cotidianos ) ?, con miras a resistir las hoy dominantes ideologías políticas depredadoras de los recursos naturales y su efecto adverso en el cambio climático de la región.

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