domingo, 24 de junio de 2018

El Solsticio de Invierno y las culturas americanas










Creado por:
Leopoldo Guerrero


Para iniciar nuestro viaje por la meseta andina e ir en busca de Inti el dios sol, es necesario estacionarse en el plano ecuatorial terrestre y observar los fenómenos astronómicos que ocurren en el sendero de la eclíptica que deja el sol en su movimiento aparente. Al igual que las etnias aymará y quechuas, para entender la ocurrencia de solsticios, equinoccios y eclipses, sólo debemos valernos de nuestra imaginación. 

Al dejar nuestro sistema solar ubicado en la vía láctea, bajaremos a la tierra para tratar de comprender las culturas precolombinas de nuestra América morena, por ser ellos los primeros en nuestro hemisferio sur, en observar y lograr acertadamente, desarrollar actividades en el campo astronómico, base para las religiones sostenidas en la presencia de las deidades astrales. 

Para finalizar, debemos seguir descendiendo hasta las oscuridades del submundo para entender la fase cíclica regenerativa de nacimiento, vida y muerte.

UN RECORRIDO POR NUESTRO SISTEMA SOLAR

Comprender los desplazamientos orbitales y elípticos de los astros en el espacio nunca fue fácil. Por cientos de años los observadores trataban de imaginar las posiciones y movimientos, especialmente del sol, la tierra y los planetas. Primero se valieron de la observación directa hacia el cielo y al registrar los movimientos de los astros que se producían en torno a la tierra, pensaron que nuestro planeta era el centro, lo cual dio origen a la teoría del geocentrismo.

Cuando los observadores empezaron a trabajar con las sombras en los pisos de los templos y terrazas y descubrieron las elípticas, los astrónomos de la antigüedad, tibiamente, propusieron la teoría del heliocentrismo. No es hasta el siglo XVI que Nicolás Copérnico monje astrónomo polaco, propuso un modelo predictivo al respecto. Al siglo siguiente Johannes Kepler y Galileo Galilei, extendieron el modelo hacia órbitas elíptica. Con el descubrimiento y posterior fabricación de mejores telescopios, en 1609, Galileo pudo corroborar su teoría, sin embargo, la iglesia lo obligó a contradecirse y lo persiguió de por vida. Los fanáticos religiosos no podían concebir que el cielo no fuera perfecto, tal como lo expresaba la biblia. En el juicio final acusado de hereje, debió abjurar del modelo heliocentro en presencia del Tribunal de la Santa inquisición. Dicen que exclamó: “Eppur si muove” Sin embargo, se mueve, aun cuando otros comentan que dijo lo que dijo, pero en otro lugar.

Volvamos a Los Andes y sin apoyo de telescopio, entendamos que razonaban los sacerdotes Tiahuanacoenses e Incaicos, posados sobre las plataformas líticas.

Ubicado en mi plano ecuatorial terrestre, observo el movimiento aparente del sol en una trayectoria elíptica. El 21 de marzo, el sol nos hace creer que viene desde el hemisferio Norte y al hacer contacto con el plano ecuatorial, comenzará a bajar hacia el hemisferio Sur. Este día y en algún instante, el sol alcanzará el cenit, la parte más alta para el observador, cayendo los rayos a 90°. Durante el día, las horas luz serán iguales a las horas sombras, 12 horas respectivamente. Estamos en presencia del equinoccio de otoño en Libra, donde la declinación pasa de positiva a negativa. Hay, además, cambio de estación. De verano a otoño. A partir de ahora, los días de sombra serán más largo y los días de luz más corto. Hay que prepararse, porque en tres meses más, el sol se alejará tanto de nuestra posición que debemos venerarlo para que vuelva. Eso deberá ser el 21 de junio, durante el 
solsticio de invierno.

El solsticio de invierno corresponde al instante en que la posición del sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste. Por la intersección NE del templo de Kalasasaya, deberán aparecer los primeros rayos del sol. Hoy es 21 de junio. Es el día donde las horas sombras son las más largas del año y las horas luz las más cortas. Es el inicio del invierno; pero celebramos, p inicia la reversión de la tendencia al alargamiento de las noches y el acortamiento de las horas diurnas. Para unos es tiempo de renacer, para otros es tiempo de regeneración. Es hora de aparear a las bestias; Es hora de iniciar las siembras; es hora de medir nuestras reservas para el invierno. 

CULTURAS PRECOLOMBINAS DE AMÉRICA DEL SUR 

La cultura Tiahuanaco

Cercana al lago Titicaca en Bolivia, entre los años 1580 a.c. y 1187 d.c., floreció la cultura Tiahuanaco del pueblo aymará, que se extendió al sur de Perú y norte de Chile. En nuestro país alcanzó hasta la zona andina de San Pedro de Atacama. 

Su urbe principal fue Tiwanaku, un centro cívico y ceremonial con amplias estructuras para la celebración de fiestas religiosas con base astral. Celebraban las fiestas de los solsticios y todas sus estructuras estaban construidas conforme a orientaciones de interés astronómico.

Destacan la pirámide de Akapana de siete terrazas escalonadas de 18 metros de altura. Con un área de 194 por 182 metros. En la cima un templete semi subterráneo en forma de cruz orientada conforme a los puntos cardinales. El acceso al templete se hacía por el oeste u occidente. Se cree que aquí era adorado el sol y otras deidades astrales. En esta pirámide se encontraban tres dimensiones cósmicas: El cielo, la Tierra y las profundidades. 

Conectada con la pirámide había un templete semi subterráneo, cuyas estelas o figuras de pie, miran hacia el sur, hacia la oscuridad. Se encuentra ubicado a 2 metros bajo la cota del entorno. En sus muros hay 175 cabezas enclavadas que representan, por su forma, a diferentes etnias. 

Cercano a estas estructuras, está el templo de Kalasasaya, donde se verificaba con exactitud el cambio de estaciones y el año solar de 365 días. Durante los equinoccios de otoño del 21 de marzo y de primavera del 21 de septiembre los rayos del sol emergían por la puerta principal de acceso. En el solsticio de invierno del 21 de junio, la luz del sol ingresaba por la intersección de los muros NE y en el solsticio de verano del 21 de diciembre, la ascensión del sol era por la intersección del muro SE.

En Kalasasaya existen tres importantes esculturas, la estela de Ponce, la estela del Fraile y la magnifica Puerta del Sol. El portal lítico fue trabajado en un solo bloque de piedra de andesita y pesa aproximadamente 10 toneladas.

El pueblo tenía una economía sedentaria, viviendo de la agricultura, ganadería y artesanía. Además de servicio de camélidos para el transporte de maíz y coca. Conocedores de la fundición de bronce (aleación metálica de cobre y estaño), sus guerreros disponían de mejores armas que otras etnias. Para las celebraciones astrales, los sacerdotes probablemente usaban Anadenanthera que es un alcaloide cuyo elemento activo es la Bufotenina. Semillas, hojas y cáscaras se mezclaban y al encenderla, se aspiraban a través de cañas de bambú.

La organización de Tiahuanaco y sus ciudades desaparecen sin conocerse razones al respecto. Doscientos años más tarde, en esta región se desarrolla el imperio Incaico de la estirpe de los quechuas, afincados en el Cuzco, Perú

La Cultura Incaica 

Doscientos años después, en el Cuzco entre los años 1438 y 1525 floreció una nueva cultura desarrollada por la etnia quechua del Perú andino. A diferencia de la cultura Tiahuanaco de los aymará, del imperio incaico hay mayores referencias, por las crónicas de los españoles que llegaron a conquistarlos, como también de los mestizos hijos de padres españoles y nacidos en el cuzco, como es el caso de Gómez Suarez de Figueroa (Cuzco 1539 – 1616) y conocido como el inca Garcilaso de la Vega que publicó el libro Comentarios reales de los incas

Desde el Cuzco la ciudad sagrada, los quechuas consolidaron un estado imperio que aglutinó todas las expresiones artísticas, tecnológicas y científicas de sus antecesores. Etnias que fueron absorbidas pacíficamente por el incanato. El imperio tuvo un apogeo de casi 200 años donde expresiones tales como: Organización Política y Administrativa; Sistema vial y transporte; organización militar; Organización Social y de clases; Organización socialista del trabajo; Economía y comercio; Artes y Cultura; Arquitectura y Urbanismo, son aspectos de interés futuro para los hermanos que quisieran ahondar más en la cultura incaica. 

De la arquitectura y urbanismo, son conocidas las instalaciones en el Cuzco y en Machu Picchu, esta última, fortaleza que sobrevivió 50 años a la conquista española. 

En lo religioso, los incas adoraban al dios Sol que llamaban Inti, así como a la Luna y a ciertas manifestaciones naturales. La cosmovisión Inca tuvo características politeístas, animista y totémica. Creían en la existencia de tres mundos: Cielo, Tierra, Inframundo
Siendo el Inca considerado hijo del sol y fundador del imperio, una de las fiestas más importante y solemne era la celebración del solsticio de invierno, el Inti Raymi (en quechua, Fiesta del Sol). A ella acudían todos los grandes dignatarios y era presidida por el propio inca y apoyado por el gran sacerdote. En la actualidad esta fiesta se celebra en la explanada de Sacsayhuamán, fortaleza ceremonial que con sus muros megalíticos fue una de las mayores obras del incanato. Desde sus alturas se divisa la ciudad de Cuzco.

En Machu Picchu se encuentra un reloj solar llamado Intihuatana, que seguramente servía para establecer, por la sombra proyectada sobre un espigón, los periodos estacionales. Intihuatana significa “el sol amarrado” 

Una guerra civil entre los descendientes del inca Huayna Cápac, Huáscar y Atahualpa, permitieron que los españoles destruyeran este gran imperio. 

La relación entre los fenómenos naturales, la geografía andina y la subsistencia de las comunidades altiplánicas. 

Muchos de los hermanos hemos trabajado y vivido en zona altiplánica y hemos visto lo complejo que resulta la orografía de estos lugares. Mayoritariamente son terrenos circundados por grandes montañas con los fenómenos climáticos propio de estos parajes. La acumulación de camanchaca y su precipitación, permite alimentar cauces y esteros, que posteriormente generan pequeños oasis, donde se constituyen asentamientos de poca monta. Al estar ubicados sobre cota superior a 2.500 msnm, el sol interactúa de manera importante para mantener la vida animal, vegetal y como consecuencia de ello, la vida humana que habita en estos agrestes territorios.

De allí no es extraño que estas comunidades adoraran las bondades del sol para su subsistencia. Además, hacer observaciones diarias y por años del movimiento aparente del sol es más simple por cuanto los cielos altiplánicos se mantienen bastante limpio a causa de la baja humedad. 

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